La mujer Tenek , Maria Anselma Fernández Santos es la primera vez que siente el agua del mar entre sus pies.
La brisa le revolotea el cabello , mientras entrecierra los ojos por el intenso sol del mediodía en la playa Miramar, en Ciudad Madero.
Está feliz y no puede ocultarlo.
«Vivo en el barrio de Pozo Blanco 3 , en el manantial, arribita ahí vivo, está una mata de mango y ciruela, ahí está mi casa, su casa «.
«Nunca había visto el mar. La playa, ni se nada . Pa»nosotros está lejos todo. No más miro pa» un lado y está el cerro y Pal»otro igual».
Con 65 años, comparte que es habitante de San Antonio, en San Luis Potosí y visita la zona como parte de un programa con el municipio de Ciudad Madero.
Fernández Santos desde hace tres años perdió a su marido, durante la pandemia.
«Le dio gripa muy fuerte. Él quería vivir pero ya no pudo. Se fue «.
A partir de ese momento, comparte que su vida transcurre entre el cuidado de la casa y sus animalitos.
No había imaginado en toda su vida cómo se siente pararse frente al mar.
Experimentar esa sensación de la arena entre los dedos y la brisa y el sonido que provoca el oleaje.
Alguna vez fue a San Luis Potosí capital, y a otras ciudades cercanas,.pero nunca al mar.
Allá en San Antonio se cuida la milpa, la caña y los animales desde muy temprano, por lo que casi no hay tiempo para pensar en vacaciones.
Maria Anselma conoció el mar por primera vez y asegura que no hay forma de olvidarlo.
José Luis Rodríguez Castro /La Razón