CD. VICTORIA, TAM.- Desde hace 13 años (2010) en Tamaulipas no ha vuelto a pegar un huracán de consideración, como lo fue el huracán “Alex”, que ayude a elevar los afluentes, presas y mantos friáticos necesarios para combatir el estrés hídrico por el que la Entidad pasa actualmente.
Pero es desde el 2017 cuando el estiaje para gran parte del Estado se volvió más crítico, y es que en el 2016 la tormenta tropical Danielle dejó un excedente de agua en la mayoría de las presas tamaulipecas que ayudó a abastecer a toda su población sin problema alguno; pero por muy poco tiempo.
Desde esas fechas y hasta este 2023, no han vuelto a pegar eventos hidrometeorológicos importantes en ninguno de los 43 municipios, ni regionalmente hablando que ayuden a solucionar aunque de manera breve la falta de agua potable.
Sin embargo aunque la situación suene o se torne crítica a hoy día, no se requiere de combatir el problema con agua tratada de mar, lo que si pretende hacer Nuevo León con una planta desalinizadora que tenga su instalación en Matamoros.
Al respecto Raul Quiroga Álvarez, secretario de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo Social en Tamaulipas, es quien expuso que no es factible (todavía) un proyecto de esta magnitud por “un año en particular”, refiriéndose a que la sequía no marca niveles históricos como para pensar en y traer agua directamente del mar.
Así mismo una planta desalinizadora cuesta miles de millones de pesos, por lo que también es un factor que impediría la creación de algo de tal magnitud, por lo que el gobierno del Estado descarta totalmente la idea.
“Los grandes proyectos se hacen analizando la situación histórica de las cuencas y esto que estamos pasando no es un problema que sea insuperable”.
“Estamos apuntando a la segunda línea del acueducto para tener sin problemas el abastecimiento de todo Ciudad Victoria”, explicó Quiroga Álvarez.
POR ANTONIO H. MANDUJANO