CD. VICTORIA, TAM.- La elaboración del mezcal en Tamaulipas es una labor que actualmente se efectúa en San Carlos y en San Nicolás, y comercializado en otros rincones del estado.
A nivel estatal se estima que hay solo 10 productores debidamente establecidos los que artesanalmente elaboran el destilado, siendo una actividad que han desempeñado por varías generaciones y que data desde los inicios del Nuevo Santander, hoy Tamaulipas.
Tan solo en San Carlos se producen anualmente hasta 40 mil litros de esta bebida típica de México y de nuestra región, de eso de son oriundas marcas como Sierra Chiquita, El Tinieblo, Tambora, Incondicional, El Jatero, San Carleño, El Huajuco, El Palmar entre otros. Pero solo dos de estas mencionadas son exportados internacionalmente como a Japón y los Estados Unidos.
Lamentablemente existen muchos oportunistas que se aprovechan de la mano de obra de los campesinos, pues pro necesidad caen en las artimañas de estas personas que solo los perjudican y se hacen ricos a costillas de los verdaderos productores.
Es el “coyotaje”, problema que está rebasando a este sector y que se ha convertido en un grave problema. Jesús Guzmán Peña, presidente de la Unión de Productores de Mezcal de Tamaulipas, dijo a Expreso que son 20 “coyotes” los que revenden sus productos a precios de un 900 hasta un 1000 por ciento más caros de lo que a ellos como fabricantes se los compran.
Además, de una botella de 1 litro, solamente comercian 3/4’s de esa cantidad generando ganancias muy elevadas sin realizar los trabajos y procesos debidos para elaborar dicha bebida. Y es que señala que esa botella “rasurada” la comercializan hasta en 800 pesos cuando estos la consiguen en tan solo a 70 pesos.
“Habemos 10 productores solamente en el Estado y como 20 coyotes, y esos son los que se quedan con la tajada del león”, denunció Guzmán Peña. Agregando que la labor del coyote es “comprar una botella de un litro a 70 pesos, le baja a tres cuartos y lo vende en 600 hasta 800 pesos”.
El líder mezcalero, expuso que algunos de sus compañeros permiten la entrada de los coyotes ante el temor a las autoridades, de ser confiscados y ser acreedores a multas o problemas judiciales cuando esto no es así. Además de que la Secretaría de Hacienda les impone impuestos muy altos a su producción, los cuales, les hace mejor estar en el anonimato desaprovechar la riqueza de sus labores.
“Están perdidos entre la serranía porque tienen miedo, creen que les van a confiscar su producto, además Hacienda tiene unos precios altísimos, pues por ejemplo si se vende una botella normal vas a pagar un 51 por ciento de IEPS más el 16 por ciento de IVA”. Sobre el proceso explicó que para hacer un litro del destilado se necesitan 20 kilos de maguey y una ardua mano de obra acompañada de animales de carga que ayuden a efectuar todo el proceso que conlleva la fábrica del mezcal.
POR ANTONIO H. MANDUJANO