“Cuanto terror habrá en el futuro
cuando venga el juez
a exigirnos cuentas
rigurosamente”
-Réquiem, W.A. Mozart-
Ninguna historia de México estará completa sin mencionar al primer partido político nacional de la post revolución mexicana. el PNR-PRM-PRI que fue fundado por los revolucionarios después de combatir y derrotar a la derecha mexicana en la llamada guerra cristera que fue el levantamiento armado que se inició en 1926 en los estados del bajío y que se prolongó hasta 1929.
En 1929 se fundó el Partido Nacional Revolucionario PNR integrado por las distintas fuerzas que pelearon con las armas y derrotaron al regimen de la dictadura que encabezaba Porfirio Diaz y al traidor Victoriano Huerta, que accedió al poder a través de un golpe de estado después de haber asesinado al Presidente Francisco I. Madero.
La organización del PNR contribuyó a dar viabilidad al cumplimiento de las demandas sociales de los grupos revolucionarios que estaban garantizadas en la Constitución de 1917, por ejemplo: el reparto de la tierra a los campesinos, el derecho de los trabajadores a organizarse en sindicatos, a un salario justo y al derecho de huelga, la educación laica y gratuita para todos.
En 1938 el presidente Lázaro Cárdenas transformó al PNR en el Partido de la Revolución Mexicana PRM, y en 1939 concedió el registro al Partido Acción Nacional PAN, que surgió para oponerse a la educación comunista del gobierno cardenista. Se inició desde entonces la lucha entre el partido de los revolucionarios de México y el partido de los conservadores contrarrevolucionarios.
A lo largo de su historia el PRI y sus antecesores PNR y PRM, se distinguió por su carácter popular y también por su disposición a la violencia, que fue su mayor defecto. Toda disidencia no reconocida por el gobierno como legitima fue reprimida, como el movimiento ferrocarrilero en los años 50, el movimiento campesino de Rubén Jaramillo, los médicos del 67, el Movimiento Estudiantil del 68 y el 71, los guerrilleros de los 70.
En los 80 el PRI mutó ideológicamente, por decisión presidencial, de ser nacionalista revolucionario a ser un partido liberal social, lo que provocó el abandono del partido de la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, y también la disidencia dentro del propio partido. En los años posteriores los siguieron cientos de dirigentes y militantes distinguidos entre ellos Andrés Manuel Lopez Obrador.
El enemigo histórico del PRI siempre fue la derecha panista, aguerrida y presente en el Bajío, en San Luis Potosí, en Chihuahua, en Yucatán, que se convirtieron en bastiones de la oposición contrarrevolucionaria. En el 2000 la suma de todas las oposiciones ganó la Presidencia de la República para el PAN.
El 4 de marzo de 1929 se fundó el partido de los revolucionarios de México, el 30 de agosto de 2023 murió el PRI después de 84 años de lucha, lo derrotó la derecha panista, cristera, pronazi y contrarrevolucionaria. En señal de su completa rendición ante su enemigo histórico la dirigencia nacional del PRI acordó apoyar sin reservas a la candidata de la derecha Xóchitl Gálvez.
De ellos, de los dirigentes del PRI es la deshonra, la historia de México registrará uno a uno el nombre de todos los que firmaron ese acuerdo vergonzoso, acta de defunción del Partido Revolucionario Institucional. Ha muerto el PRI y su fantasma será la Secretaría de Operación Electoral del Frente Amplio de la derecha clase mediera. Ha muerto el PRI histórico, pero no los principios y el proyecto de la Revolución Mexicana.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ