Después de emitir varias declaraciones que no decían nada, la ex aspirante del PRI a candidata del Frente Amplio por México a la presidencia, Beatriz Paredes, aclaró en forma tajante ante diversos medios de comunicación que ella no se bajó del proceso selectivo interno, sino que la bajaron.
“Yo no me baje –declaró textualmente –, no le demos una connotación distinta a lo que sucedió.
Quien determinó que el proceso estaba concluido fue la Comisión Organizadora, no quiero que haya distorsiones”.
Hizo hincapié en que recibió invitaciones insistentes para que declinara, invitaciones que calificó de absurdas y como una falta de respeto.
“Pareciera -expresó- que estamos siguiendo el script que anunciara López Obrador cuando dijo que el proceso del Frente es un proceso predeterminado”.
En el foro de Yucatán, la contendiente del tricolor fijó asimismo su postura en torno a esa petición. Existen personas brillantes, señaló, como Xóchitl, “pero la democratización es la fuerza que entusiasmo y lo que prendió la posibilidad que percibe la gente de que puede incidir en las decisiones de las cúpulas”.
“Por eso compañeras y compañeros, añadió, decidí no declinar, porque si las mujeres vamos a repetir el modelo patriarcal, perdónenme, pero estamos jodidas”.
Cabe hacer notar, asimismo, que, en julio, al inicio de la competencia, la precandidata Xóchitl Gálvez les sacaba a Paredes Rangel 45 puntos de ventaja, un mes después, sin embargo, Beatriz quedó a solo 12 puntos abajo de la puntera. Una ventaja muy raquítica, desde el punto de vista del periodista Ciro Gómez Leyva.
Para lo que fue el efecto Xóchitl Gálvez son muy pocos, le dijo el comunicador a la virtual candidata presidencial, sobre todo considerando “que ninguno de los aspirantes tuvo la exposición (promoción) que tuviste tú”.
En la encuesta telefónica Xóchitl ganó por amplio margen, pero en la levantada directamente en vivienda, que es la más acertada, se registró un empate técnico, esto y el poco tiempo que restaban a las campañas hizo que las cúpulas entraran en pánico y decidieran cerrar el proceso antes de que concluyera.
Sobre todo, después de que Beatriz considerara “no tengo la menor duda de que la ventaja se va a remontar”. La tlaxcalteca lamentó, por otra parte, “no imaginé que, a veces, los procesos democratizadores adoptan rutas mercadológicas más que ciudadanas”.
Independientemente de cuáles hayan sido los motivos por los que se truncó el proceso, para los ciudadanos, que alimentaban la esperanza de que, al fin, les darían la oportunidad de acabar con la práctica del dedazo y elegir a un candidato presidencial mediante el libre sufragio, se decepcionaron de que la abanderada del bloque opositor fuera electa sin que emitieran un solo voto.