Cuando el presidente López Obrador propuso que se extendiera el mandato constitucional del presidente de la Suprema Corte Arturo Zaldívar de 4 a seis años y luego que los consejeros del INE fueran electos por los ciudadanos, el PRI y el PAN calificaron al primero de golpe de estado y luego marcharon por las calles a gritar “el INE no se toca”.
Sin embargo, el uno de enero de 1995, fecha en la que el presidente Ernesto Zedillo disolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los dirigentes del hoy principal partido de oposición al gobierno de AMLO no solo respaldaron y aplaudieron, sino que valoraron la disposición de acertada.
A los representantes del partido albiazul, igual que a los medios de comunicación, no les pareció entonces un golpe de Estado, tampoco un acto de autoritarismo, mucho menos un ataque a la democracia, a pesar de que la modificación legal desaparecería temporalmente a otro poder de la República.
¿Por qué los panistas, las miembros de organizaciones ciudadanas no gubernamentales y los magnates empresariales gritaron “la Corte no se toca”? Porque disfrutaban del régimen de privilegios que el gobierno priista les había a cambio de acatar sumisamente sus decisiones.
Fue entonces cuando el periodista Froylán López Narváez acuñó por primera vez el vocablo PRIAN que hoy es un clásico político de Morena y la Cuarta Transformación y sus aliados.
La reforma zedillista, aprobada por los integrantes del congreso de la Unión, destituyó a los 26 ministros que integraban entonces el máximo tribunal del país mediante el método de jubilación inmediata, designó a su modo a los nuevos once a que redujo el órgano y creó el Consejo de la Judicatura para que vigilara el actuar de la corte
Achicó asimismo el periodo vitalicio que tenían los ministros a solo 15 años y que estos serían elegidos por las dos terceras partes del senado de una terna propuesta por el titular del ejecutivo federal, también nombró a un ministro presidente y dos salas integradas cada una por cuatro ministros y un ministro presidente de sala.
¿Cuáles fueron las razones de la modificación?
De acuerdo con el presidente Zedillo, que era una respuesta a la exigencia ciudadana para darle una genuina autonomía al poder judicial y dejarla al margen de los intereses políticos, la realidad, sin embargo, fue dejar fuera de la institución judicial a los ministros designados por sus antecesores, Miguel de La Madrid y Carlos Salinas, temía que pudieran influir en las decisiones y causarle incomodidades.
Fue una reforma fast track. Desde que el presidente envió la iniciativa el 5 de diciembre de 1994, esta fue aprobada por el congreso federal, la mayoría de los congresos locales y se publicó en el diario oficial el 31 de diciembre, hasta el 26 de enero de 1995, cuando el Senado nombró en sesión extraordinaria a los nuevos ministros, solo transcurrieron 52 días.
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ
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