19 abril, 2025

19 abril, 2025

La vanidad en la política

RETÓRICA / MARIO FLORES PEDRAZA

¿Qué se te viene a la mente cuanco ves publicidad de un político? ¿Le crees? Con alguna foto sonriendo o abrazando a una viejita, quisá jugando un deporte rodeado de jovenes o dando un discurso con un aforo lleno. Todo lo anterior acompañado de slogans “juntos hacia delante”, “hagamos historia”, “más oportunidades”, “la esperanza de México”, “hechos no palabras”. Todos tratando de vender la idea que son las personas más preparadas para gobernar o para hacer leyes, cuando en muchas ocasiones piensan más en ellos mismos que en la comunidad.

La personalidad egocéntrica de los políticos que buscan el poder es un fenómeno que ha prevalecido a lo largo de la historia. Estos individuos a menudo muestran un nivel excepcional de autoafirmación y una falta de empatía que puede resultar preocupante para la sociedad en general. Uno de los problemas fundamentales de esta actitud egocéntrica es que, en lugar de buscar el bienestar de la comunidad, estos políticos parecen estar más interesados en su propia glorificación y en el mantenimiento de su estatus.

Esta actitud egocéntrica se manifiesta de diversas maneras, desde la promoción excesiva de su propia imagen en los medios de comunicación hasta la adopción de políticas que benefician principalmente a ellos y a sus allegados. La falta de escucha activa y de consideración por las necesidades reales de la población es un rasgo común en políticos egocéntricos, ya que su principal objetivo es el fortalecimiento de su propia posición.

Además, esta personalidad egocéntrica puede ser perjudicial para la toma de decisiones políticas. La incapacidad de considerar diferentes puntos de vista y la tendencia a menospreciar a aquellos que no están de acuerdo con ellos pueden llevar a políticas unilaterales que no reflejan las verdaderas necesidades de la sociedad. La política, que debería ser un ejercicio de servicio público, se convierte en un escenario para la realización personal de estos individuos, lo que socava la confianza de la población en sus líderes.

En última instancia, la personalidad egocéntrica de los políticos que buscan el poder plantea un desafío importante para la democracia y la gobernanza efectiva. Es esencial que la sociedad esté alerta ante estos rasgos y busque líderes que muestren empatía, humildad y una verdadera vocación de servicio público. La verdadera grandeza en la política no radica en el ego, sino en la capacidad de trabajar en beneficio de todos, independientemente de las aspiraciones personales.

POR MARIO FLORES PEDRAZA

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