En la entrega anterior hable del desastre que tenemos como respuesta a emergencias en el caso de huracanes, Creo que vale la pena especificar un poco mas a detalle el proceso a través del cuál se debería dar protección a la población:
Detección: De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, existe “una red13 radares meteorológicos que cubre casi en su totalidad el territorio nacional desde 1993 y proporciona información continua vía satélite, detecta la evolución de los sistemas nubosos y da a conocer la intensidad de la precipitación (lluvia, granizo o nieve), la altura y densidad de las nubes y su desplazamiento, así como la velocidad y dirección del viento, en un radio máximo de 480 km. alrededor de cada radar” Además de 5400 estaciones climatológicas de las cuales solo 2800 reportan datos (muy pocas para todo el territorio nacional), probablemente se apoyen el la NOAA quien por cierto corrigió sus datos usando aviones de reconocimiento. Claramente aquí hay mucha tarea que hacer incluyendo inversiones importantes.
Preparación. Sin embargo 3 días antes ya se sabía del meteoro, pero no se le dio importancia. En la zona sur, las compañías con mejores prácticas empiezan los preparativos de paro y evacuación precisamente con 3 días antes. Se requería haber habilitado alberges para las personas en zonas vulnerables, así como el acopio de agua, alimentos y medicinas para su atención. Y haber evacuado a las personas a los alberges 24 horas antes. Nada de eso se hizo porque no se le dio importancia al fenómeno. Fue hasta que el huracán ya estaba golpeando Acapulco cuando se instalaron 143 albergues para atender al puerto y municipios aledaños esto por supuesto afecto mucha efectividad de la atención. Una muestra de la poca prioridad es que a las 20:30 horas el secretario General de Gobierno de Guerrero, Ludwig Reynoso, inaugura una convención minera en y en ese momento Otis ya era un huracán categoría 4 y se dirigía a Acapulco,
Atención durante el golpe del huracán. Tener concentrada a la población en los albergues y en la medida de lo posible atender a quienes aún se encuentren en zonas de riesgo. Esto es muy complicado porque el viento y la lluvia no solo dificultan estas labores, sino que ponen en riesgo a quienes lo hacen.
Respuesta después del huracán. Como lo comenté antes, se tiene que contar con agua, comida y medicinas suficientes para atender a la población que fue concentrada , y continúa llegando a los albergues, antes de la llegada del huracán. Eso evita poner a la gente en situaciones de molestia y desesperación provocando la rapiña y el robo: que no se centró en agua, alimentos y medicinas, sino en cualquier cosa, refrigeradores, pantallas, electrodomésticos y hasta gasolina que sacaban de los tanques enterrados en un ambiente de impunidad, también se evita violencia. Normalmente con los recursos del Fonden se creaban empleos temporales pagados por el gobierno para apoyar las labores de limpieza y reconstrucción. Ojalá se instrumente algo eficaz y rápido o tendremos una crisis humanitaria.
Un punto crucial va a ser la atención de las personas de bajos recursos que perdieron su patrimonio y no tienen un lugar a donde ir a vivir una vez que se reestablezcan los servicios y se limpie la ciudad, pero además la mayoría no tendrá su empleo puesto que los hoteles y restaurantes, quienes normalmente eran los empleadores, en estos momentos necesitar reconstruirse y en muchos casos va a tomar tiempo y en otros no lo van a poder hacer sin la aportación gubernamental dado que la cantidad necesaria para hacerlo aún no está estimada pero es monumental; probablemente hasta los 300 mil millones de pesos y un tiempo para las llevar a cabo las reparaciones.
Nada es tan poco predecible como los sismos, el sismo de 2017, con una intensidad de 7.1 afecto la ciudad de México, sin embargo, solo afectó a alrededor de 5000 edificios, los cuales prácticamente todos ya están restaurados (algunos edificios considerados históricos aún en proceso por la complejidad de la restauración), sin embargo, hay planes, preparación, simulacros y se utilizaron los recursos del Fonden para la restauración. Necesitamos también aprender de este desastre.
POR FRANCISCO DE ASÍS