19 abril, 2025

19 abril, 2025

Durazo: ¿gobernar Sonora desde la CDMX?

COLUMNA INVITADA / ENRIQUE ARANDA

Ocho días después del devastador impacto del huracán Otis categoría 5 en las costas de Guerrero, en el otrora paradisiaco Acapulco de manera especial, la acción de los tres niveles de gobierno para auxiliar a los más de 800 mil afectados y para avanzar en el proceso de reactivación económica y reconstrucción de los graves daños causados por el meteoro parece ir, a decir de un clásico, más lenta que “una tortuga reumática”.
Esto porque, al margen del compromiso de la Secretaría de Hacienda, que encabeza el “silencioso” Rogelio Ramírez de la O, de apoyar la recuperación con algo más de 61,000 millones, lo cierto es que el desglose de la forma en que se canalizarán tales recursos evidencia que la mayor parte de los mismos será destinado al pago de aportes directos a la población, lo que suena lógico, muestra también que sólo parte de ellos se destinará a financiar la recuperación de la infraestructura dañada, por lo que, como hemos insistido, eso de que “no habrá amarga Navidad para los afectados” no pasa de ser un buen deseo o, si se quiere, una mala broma…
Qué lejos quedaron aquellos tiempos en que, como recordaba hace unos días Luis Téllez, titular de la Oficina de la Presidencia con Ernesto Zedillo tras el paso de Paulina, destacando no sólo la inmediata cancelación de la gira que cumplía en Alemania para volar a Acapulco, sino la casi presencia de aquel en la zona devastada hasta por tres meses para, en forma personal y directa, atestiguar la atención de necesidades y el avance en la solución de los problemas estructurales provocados por el huracán.
Hoy, en contraste, la ausencia del presidente Andrés Manuel López Obrador en la zona de desastre, donde 80% de la infraestructura turística —hoteles, bares y más— sufrieron afectaciones graves, y el reclamo de agua y alimentos de cientos de miles crece al mismo ritmo que el hedor “a muerte”; es una ausencia lamentable. Tanto, que no son pocos quienes piensan que, más que la tragedia, lo importante para el inquilino de Palacio es su popularidad e imagen…

POR ENRIQUE ARANDA

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