CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Un 19 de febrero del 2005 nació Ángel Ricardo Chávez Soto, quien se convirtió en el menor de los tres hijos que tuvieron Ricardo y Yadira; Ciudad Victoria se convirtió en su casa y el fútbol se iba a convertir en un estilo de vida que a la postre, le ayudaría a vivir grandes y bonitas experiencias.
Desde que Ángel se encontraba en el vientre de su mamá, el fútbol, el grito de ‘gol’, la pelota número cinco y todo lo que embala este deporte estuvo en él, prácticamente el fútbol lo tiene en la sangre.
Su padre Ricardo Chávez Medrano, mejor conocido como ‘El Diablo’, fue jugador profesional en primera división con los Tecos y Correcaminos, con éste último equipo, vivió grandes momentos y quedó enamorado de la ciudad y al final, se volvió su casa.
Ricardo, el de en medio, siguió los pasos del ‘Diablo’, y después de muchos años ha podido vivir esa experiencia de ser consolidado en primera división con el Atlético de San Luis y ya cuenta con más de 200 partidos en la máxima categoría.
Y ahora, le toca a Ángel, el ángel en medio de los ‘Diablos’, quien con 18 años ha tenido un crecimiento enorme, ha trabajado y luchado por ese sueño y por esa ‘competencia’ familiar, “yo quiero ser mejor que mi hermano y mi papá (dijo entre risas)”.
Y aunque le falta mucho camino por recorrer, hoy ha logrado algunas cosas que para su edad, le han marcado positivamente, ya que actualmente es seleccionado nacional Sub-18 además de ser considerado en el primer equipo de los Rayos del Necaxa casi cada fin de semana, aunque por ahora, el debut oficial ha tenido que esperar.
La historia de Ángel se resume en una palabra: LUCHA. Pues ha tenido que luchar ante diferentes adversidades, pero siempre aguerrido tanto en la vida y en la campo de fútbol, ha podido salir adelante.
Los inicios de Ángel en el fútbol se remontan a hace aproximadamente 14 años, él empezó en el kínder, pero ya formalmente lo hizo en el extinto Pumitas RC, que era dirigido por Ramón Cedillo,
“Desde que caminaba yo agarraba la pelota, siempre fue con mi papá y hermano, era el gusto familiar y yo también me enamoré de este deporte. Empecé en el kínder a medio entrenar, pero fue con Pumitas de Ramón Cedillo con quien entrené ya bien, a veces también me entrenaba mi papá”, señaló.
“El fútbol era todo para mí, yo sabía lo que había hecho mi papá, siempre buscaba a mi papá en YouTube y fotos, eso me motivaba a jugar”, destacó.
Ángel empezó a participar en diferentes torneos locales e incluso estatales y nacionales con el equipo de Cedillo, pero al final tuvo que cambiarse de equipo porque le era fiel al equipo de su hermano.
“Un día el profe Ramón avisó que nos íbamos a cambiar de nombre, nos íbamos a llamar Rayados, y ese día cuando fue mi mamá por mi, yo le dije que ya no quería estar ahí, porque yo le iba a Tigres por mi hermano, él se había ido a jugar allá y yo lo apoyaba”, puntualizó.
“Yo veía a mi hermano como ídolo, porque yo lo veía haciendo mi sueño, a veces lo veía jugar y me emocionaba mucho”, agregó.
EL CAMINO AL SUEÑO
Ángel Ricardo Chávez tuvo un proceso de crecimiento en el fútbol local, por muchos años entrenó en el ya mencionado equipo de Pumitas, después de su ‘chusca’ salida, jugó con Surval, después en Atlético Victoria y ya como juvenil en El Rebaño de Froy Gómez y Correcaminos de Quinta División.
Con 13 años, Ángel ya busca el sueño de ser jugador profesional, “desde que entendí más lo del fútbol, mi papá me explicaba como estaba todo, yo desde ese momento dije ‘yo quiero hacer eso, quiero ser profesional’”.
NECAXA EN EL CAMINO
A la edad de 13 años, su papá aún pensaba que no debía ir a visorias, por lo que no era recurrente en esas pruebas que hacen los equipos, pero una vez por cosa del destino, no hubo que ir a unas visorias como tal, sino que en un torneo escolar, pudo ser visto por los busca talentos de los Rayos del Necaxa.
“Tuve un torneo regional y estatal con la Secundaria, en ese torneo unos visores de Necaxa iban a venir, mi papá no me dejaba ir a visorias porque decía que yo no tenía edad para irme, el profe de la secundaria me invitó, yo fui solo y no dije que iba a eso, yo dije que solo iba a jugar”, contó.
“Tuvimos el interescuadras y nos vio el visor, nos seleccionaron a diez, yo jugué de central y contención, y nos dijo que nos teníamos que presentar en varias semanas en Aguascalientes”, añadió.
Su mamá fue la primera en enterarse de la noticia, aún con duda, Ángel tenía la duda de decirle a su papá, pues no sabía cómo reaccionaría, pero lejos de enojarse, fue todo lo contrario, “le avisé a mi mamá primero, después ya mi papá se enteró y se emocionó, se le olvidó que no quería que fuera todavía (entre risas)”.
DEJÓ TODO POR UN SUEÑO
Ángel tenía que presentarse en Aguascalientes, y no tenía todo ganado, pues tuvo que pasar varios filtros, entre ellos un torneo interescuadras y después unas semanas más de entrenamientos, afortunadamente, con ese espíritu guerrero que tiene de siempre luchar hasta el final, lo logró.
“Yo cuando fui para allá, fue difícil al principio, pero después me sentí muy cómodo, jugamos un torneo de visorias como último filtro, les ganamos a la categoría 04 (mayor). Yo no me la creía, yo hace dos semanas estaba en Victoria y de un día a otro ya tenía que cambiarme a Aguascalientes, estaba feliz pero angustiado porque iba a estar solo, pero mis papás siempre me apoyaron”, expuso.
Dentro de ese proceso Ángel aún recuerda un momento que marcó su estancia en Necaxa, y que le ayudó a precisamente a quedarse: “Yo no era tan alto cuando llegué, había uno en el equipo que medía casi 2 metros, y yo pues no tan alto aún, yo dije que yo lo tomaba, y una jugada le gané por arriba, le gané el salto y el profe siempre se acordaba de mí por eso”, eso define a Ángel, alguien sin miedo y que dará todo por conseguir sus objetivos.
El victorense quedó, empezó a jugar en la Liga Premier y se ganó la confianza, empezó a demostrar su talento y el trabajo hasta subir a las categorías de Liga Mx.
UNA LESIÓN QUE LO PAUSÓ PERO LO IMPULSÓ
En el Apertura 2021 empezó a tener actividad en la Sub-16 y cuando tenía ya tres duelos de titular sufrió una lesión, por la cual dejó de jugar alrededor de cinco meses, una lesión que le marcó la rodilla, pero también la vida y su mentalidad pero para bien, pues fue un antes y un después de Ángel, ya que eso le motivó a luchar aún más por su sueño.
“En un tiro libre yo quise tirar un trazo, quedó corto, pero mi contención agarró la bola, me la regresó pero en lo que me llegaba la pelota, él mismo empujó al delantero que venía a presionarme, y al momento de yo querer dar el pase me cayó encima del tobillo y escuché hasta cuando tronó”, recordó.
“Me llevaron al hospital y yo lo que quería era hablarle a mis papás, les hablé llorando, se me caía el mundo, no sabía que lesión tenía pero sentía roto el tobillo, yo solo pensaba en que iba a perder ritmo, me rompí el peroné, sí me agüité, fueron cuatro meses de recuperación y me perdí ese torneo. La recuperación fue difícil, trabajé mucho para volver, pero eso me motivó a seguir adelante”.
Tras esa lesión y su recuperación, Ángel volvió y lo hizo más fuerte que nunca. Tomó ritmo, jugó, se ganó la titularidad y desde entonces ya no soltó la titularidad en la Sub-16 y Sub-18, además de jugar como menor en la Sub-20 algunos encuentros.
Siempre recuerda esos momentos, incluso durante la entrevista es notoria la marca de la ‘guerra’, esa marca de la operación, “cuando la veo, veo superación, resilencia y que en los momentos difíciles puedo superarlos y llegar a ser más”.
SU EXPERIENCIA EN PRIMERA; CERCA DEL SUEÑO
Tras demostrar un gran nivel en Sub-16 y Sub-18 como menor, Ángel empezó a llamar la atención de los entrenadores en el primer equipo, a finales del Apertura 2022 tuvo sus primeros contactos en entrenamientos y después en el Clausura 2023 salió la convocatoria para un partido oficial.
“Me sentí muy emocionado, fue algo muy bonito, cuando me avisó el profe Lillini sentí muy padre y se vinieron a la mente muchas cosas, todo lo que he pasado para llegar hasta ahorita”, detalló.
Desde entonces ha sido recurrente en convocatorias del primer equipo, ha salido a la banca en muchos encuentros, pero el debut se le ha negado, primero con el ya mencionado Lillini, posteriormente con el venezolano Rafael Dudamel y ahora con Eduardo Fentanes.
“Estamos trabajando para conseguirlo, esperando la oportunidad para cuando toque hacerlo de la mejor manera posible, emocionado por tener estas experiencias de primera división, es muy diferente entrenar con ellos, viajar y siempre teniendo las mismas ganas, motivo y listo para cuando sea necesario”, pronunció.
SUEÑO CUMPLIDO: SELECCIÓN MEXICANA
Después de destacar en la Sub-23, equipo con el que juega regularmente aún y cuando sale a la banca con el primer equipo, Ángel fue convocado al equipo Sub-18 de México, para cumplir así uno de sus sueños.
“La primera convocatoria fue a una gira de Eslovenia, los directivos de Necaxa me avisaron y me sentí muy feliz, era una de las metas que me propuse y pues se cumplió y fue un momento muy feliz en mi vida que compartí con mis papás, ellos muy emocionados, y para mi fue una motivación más para seguir adelante en mi sueño máximo”, comentó.
En esa gira por Eslovenia, sumado a su debut como jugador de Selección, tuvo una gran actuación e incluso fue autor de dos goles en esa gira en la que disputaron duelos ante Portugal, Eslovenia y Emiratos Árabes.
“Pues como todo debut en un nivel, sí hubo nervios, pero agarré confianza en los primeros minutos, cuando metí gol sabía que era algo bueno, feliz por aportar al equipo y hacer bien las cosas”, confesó.
Ángel recientemente recibió un nuevo llamado para una gira por España, “estas experiencias son muy grandes, muy buenas para mi y que me ayudarán a desarrollarme”.
PACIENCIA Y TRABAJO
Ángel no desespera, pues sabe que aunque ha estado cerca, su momento no ha llegado por algo, pues los “tiempos de Dios son perfectos”, y solo piensa en seguir con sus entrenamientos y esforzándose.
Por ahora piensa en la Sub-23, ya que el equipo de los Rayos avanzó a las semifinales de la Liga Mx, “ahora espero jugar la liguilla con la Sub-23 de Necaxa, estar enfocado en eso y buscar ser campeones”.
Pero él no quita el dedo del renglón, ya que acepta que su sueño es jugar en primera división y dará todo por conseguirlo, “vamos a seguir trabajando para poder debutar en primera y hacerlo bien para que se me den más oportunidades”.
SU FAMILIA: SU MOTOR
Con una familia futbolera, Ángel ha encontrado a sus mejores aliados en sus papás y hermanos, pues ellos por experiencia, saben todo lo que tiene que vivir para conseguir su sueño, por ello el defensor de los Rayos del Necaxa y de la Selección Mexicana aseguró que ellos son su motor.
“Mi hermano es un ejemplo para mi, siempre me apoya, me da buenos consejos y gracias a Dios a los dos nos está yendo muy bien. Yo siempre soñé estar aquí, yo sabía que era difícil estar en este mundo, yo a veces sentía que no iba a poder, pero mis papás siempre me alentaron para seguir y trabajar y ganarme mi lugar”.
“Sobre todo a mi papá y mi mamá les agradezco. Muchas gracias por todo el apoyo, por estar en los momentos más difíciles y estarán en los mejores momentos”.
También es inevitable de hablar de su hermano, quien vive su mejor momento en primera división, Ricardo Chávez Soto es actualmente jugador de Atlético de San Luis y ya se han enfrentado, primero en un amistoso y después en un partido oficial hace varias semanas, aunque Ángel no vio acción en la cancha.
Lejos de molestarle que lo mencionen, a Ángel le emociona, le motiva el mirar a su hermano triunfar, “de hecho me emociona que me comparen o me digan de él, me motiva a ser mejor que él (entre risas), sí hay competencia, me motiva a debutar en primera y jugar contra él para demostrar que soy mejor”, culminó la entrevista en son de broma.
Hoy esa lucha que ha tenido Ángel a lo largo de más se 14 años por cumplir su sueño, empieza a ver sus frutos, comienza a saborear sus victorias, pero sabe que para seguir por ese camino del éxito, debe mantenerse con humildad y constancia.
El camino como lo ha sido en estos años, seguirá con momentos complicados, a veces caerá, seguramente se levantará y le tocará de nuevo tomar vuelo, pero lo importante que deberá hacer, es no dejar de tener es garra, esa pasión y no de dejar de luchar, para en un futuro mantener el legado de los Ricardo’s Chávez y ¿por qué no? Como él lo dijo, “ser el mejor de ellos”.
Por Daniel Vázquez
Expreso – La Razón