Qué feo, pero, qué bueno. La catástrofe en Acapulco a causa del huracán Otis tocó los corazones de todos en México y los alumnos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), no fueron la excepción.
Este inicio de semana el rector Guillermo Mendoza Cavazos dio el banderazo de salida al apoyo para damnificados en Guerrero.
Son alrededor de 25 toneladas de víveres recolectados por la comunidad universitaria y la sociedad tamaulipeca a través de la campaña “Unidos por Acapulco”, la cual tiene como objetivo brindar apoyo y fortalecer al humanismo del presente tamaulipeco.
En un emotivo acto realizado frente al Gimnasio Multidisciplinario del Campus Victoria, Memo Mendoza expresó su agradecimiento a estudiantes, docentes y personal administrativo de las diversas escuelas, facultades, unidades académicas y dependencias de la UAT de todo el estado que generosamente participaron en esta noble causa.
El rector Guillermo Mendoza Cavazos resaltó que este significativo donativo, recopilado por la Universidad a través de la campaña organizada por la Dirección de Participación Estudiantil, dependiente de la Secretaría de Gestión Escolar, refleja el compromiso institucional de la UAT en acciones altruistas para beneficiar a quienes más lo necesitan, quienes en esta ocasión recibirán la ayuda de manos del personal de la Universidad Autónoma de Guerrero, cuyas autoridades se encargarán de distribuir estos recursos a las familias y afectados del puerto de Acapulco que requieren asistencia.
La comunidad estudiantil de la UAT logró recaudar durante la campaña de acopio diversos productos, incluyendo agua embotellada, alimentos no perecederos, pañales, toallas sanitarias, papel higiénico, jabón y pasta de dientes, entre otros.
En la intimidad… El Gobierno de Tamaulipas también acaba de mandar otro poquito para nuestros hermanos de Acapulco, Guerrero; el gobernador Américo Villarreal Anaya y su esposa María Santiago, lograron gestionar ante los tamaulipecos algo así como 765 toneladas de ayuda humanitaria.
Nada más que 27 toneladas de agua embotellada, además de 33 toneladas de alimentos y 5 mil despensas.
Eso es sólo una muestra del gran humanismo tamaulipeco.
Por David Ed Castellanos Terán
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