La alianza maldita transcurre por acelerado proceso de descomposición como preludio a la inevitable derrota de junio próximo. Desde luego los medios y sus “analistas” aparentan lo contrario por así convenir a sus intereses, pero la realidad se impone. Es una lucha iniciada hacia el interior del PRI, PRD, PAN donde las dirigencias procuran sacar provecho para élites privilegiadas con resultados no muy del agrado de las respectivas militancias.
Sucede en el último de tales partidos donde señalan “el agandalle” del grupo encabezado por Alejandro Moreno Cárdenas que al parecer “arrebató las canicas” a Marko Cortés – léase la mayoría de las candidaturas a cargos de elección-, a pesar, dicen, de que “la verdadera fuerza” está en el panismo, tanto que el senador y ex líder nacional de los azulejos Damián Zepeda lanza severas críticas a lo que considera irregular reparto con clarísima ganancia para el tricolor el que para empezar, “lleva mano” en catorce primeras fórmulas para el senado por trece de su aliado, en tanto que al agónico PRD apenas arrojaron tres y más por lástima que por derecho porque después de Jesús Zambrano no representa a nadie más.
Lo cierto es que las bases no saben a qué atenerse al presentir que el futuro de sus partidos está más cercano no solo al fracaso, sino de su desaparición, considerando que las mafias deciden lo más importante, ignorando a quienes de verdad cuentan como opinión valedera.
No es ocioso recordar que como en los regímenes totalitarios, hubo “purgas”, sobre todo en PRI y PAN donde fueron eliminadas las voces disidentes, es decir, a todos aquellos(as) que significaban riesgo a la permanencia de los grupos de poder. Escándalos que mostraron la parte perversa de la condición humana significada por la ambición, mezquindad y desde luego carencia de valores, incluida la fraternidad que tradicionalmente caracterizaba este tipo de organizaciones en los tiempos de dignidad opositora.
El asunto es que en esta repartición de candidaturas los adversarios de Morena se ven como lo que son, es decir, cual pandillas disputando territorios en callejones sin salida como única posibilidad de sobrevivir en un sistema transformador, democrático y de justicia social donde nada más no caben, por la sencilla razón de que están acostumbrados a la rapiña y la traición.
Ni modo de olvidar que los liderazgos del PRI, PAN, PRD y sus legislaturas firmaron el abominable “Pacto por México” que legitimó las llamadas “reformas estructurales” por medio de las cuales entregaron recursos naturales a inversionistas extranjeros (maligna tarea iniciada por Miguel de la Madrid y acrecentada por gobiernos posteriores hasta Enrique Peña Nieto), además de destruir la industria nacional y denigrar y humillar al magisterio, el gremio más noble, sufrido y humilde del servicio público, así como a otros sindicalistas defensores de sus derechos, entre otros daños causados por el neoliberalismo que supone al pueblo sin memoria atreviéndose a solicitar su voto cuando el repudio a la corrupción es generalizado.
NO ES LO MISMO, PERO ES IGUAL
En Tamaulipas la acción de arrebatar candidaturas entre “los malditos” es al revés, pues resulta que el PAN con la fuerza del pasado impone condiciones. El caso de Ismael García Cabeza de Vaca e Imelda Margarita san Miguel personifica la desesperación de Francisco, el ex gobernador que a estas alturas del juego debe sufrir los estragos de la soledad, por lo que le urge recuperar protagonismo. Ya sabéis que la posibilidad más cercana es obtener una senaduría pluri. Y pue-que lo logre, sabiendo cómo se manejan las cosas en la cúpula panista a pesar de las circunstancias judiciales que no sabemos hasta donde podrían influir.
De manera que por estos andurriales el PRI pasa a ser cero a la izquierda, salvo que violentando acuerdos nacionales la dirigencia local decida ir con candidatos propios, lo que no deja de ser auténtica provocación a la suerte. Usted preguntará, “¿y los buenos del tricolor o’nde andan?”. Por ahí dicen que huyeron como roedores cuando vieron que se hundía el barco, lo cual parece cierto de toda certeza.
SUCEDE QUE
Sea como fuere, en Tamaulipas PAN, PRD y PRI están fritos.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA