Las edificaciones de la zona sur de Tamaulipas tienen que someterse a revisiones periódicas y constantes debido a las condiciones específicas que enfrentan en la región a la intemperie.
Felipe Olvera, presidente del Consejo Empresarial de Madero dijo que cada propietario tiene que responsabilizarse de la conservación y del cuidado de sus construcciones.
“El propietario es el que tiene la mayor responsabilidad de su inmueble. Ese inmueble está vacío cuidalo, porque es tuyo.
No son las personas, ni las que pasan por ahí, sino el dueño (responsable) de lo que pueda suceder”, dijo.
En la región, explicó que hay condiciones específicas que requieren de atención constante para cuidar y evitar el deterioro de las edificaciones.
” Bueno los edificios que están en planes de conservación, para que estén constantemente revisando y evaluando las condiciones. No olvidemos que en nuestra zona tenemos una acción de ataque de la intemperie que nos afecta bastante y a veces nos olvidamos de ese tema y lo que hacemos es hacer remociones, limpieza y pintura, pero los daños están internos”, dijo.
La revisión de cada construcción requiere de aplicarla con periodicidad.
“”Definitivamente las edificaciones deben estarse evaluando sobre todo aquellas que son de congregación pública, que tienen una responsabilidad deben estarse revisando, evaluando, existe, como cualquier municipio, la licencia de funcionamiento ; me refiero a un plan de contingencia, hay dictámenes de seguridad estructural y dictámenes de eléctricos”.
La propuesta de que los edificios y construcciones que no reciben atención por parte de sus dueños sean expropiadas, agregó que no es la solución para un problema tan complejo.
“Expropìar no creo que sea el recurso, no es la solución. Si nos vamos al Centro Histórico, al patrimonio edificado de Tampico, lo que tiene Madero habría que evaluar las condiciones. Expropiar no es la solución”.
Datos
- Todas las edificaciones que están acondicionadas para congregación pública deben estar reguladas por la autoridad.
José Luis Rodríguez Castro/ La Razón