CD. VICTORIA, TAM.- En Tamaulipas no hay espacio para una justicia selectiva o el beneficio para unos cuantos, advirtió el Magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia David Cerda Zúñiga. “Toda persona por el simple hecho de serlo, debe ser tutelado en la protección de sus derechos”, expuso el Magistrado al rendir su informe anual de labores ante el gobernador Américo Villarreal Anaya, Legisladores, Magistrados y jueces locales y federales.
Cerda Zúñiga, destacó que bajo esta lógica, en cada actuación de los órganos jurisdiccionales, hay garantía del cuidado de la dignidad humana en cualquier proceso jurídico.
Desde el pleno del Consejo de la Judicatura, el Magistrado Presidente del Supremo Tribunal de Justicia, destacó que las identidad de la administración de justicia en Tamaulipas, se encuentra regida por una mística de una cultura del encuentro, en un clima social y económico en el que impera la cultura del descarte y donde las personas son excluidas por parte de recursos monetarios por no poder pa gar una defensa digna a sus derechos.
El magistrado, acompañado en el pleno por los Magistrados y los Consejeros de la Judicatura, añadió que en el Poder Judicial, están llamados a hacer un replanteamiento integral del servicio judicial, que parte del respeto al rostro de cada mujer y hombre que reclama atención de vida a sus causas jurídicas”.
Además, pidió a los jueces y servidores públicos para que, frente a cada ciudadana y ciudadano que los interpela, por exigir justicia, “el trato debe ser siempre de amabilidad y empatía” por el legítimo enojo que les aqueja por querer justicia
. Por ello, destacó que desde esta determinación, se acudió al pacto social que demanda Tamaulipas y en un fortalecimiento al estado de derecho que permita el pleno desarrollo de todos en un marco institucional entre los poderes del estado.
“Lo diremos siempre, el cambio del rostro de la justicia a la que aspiramos no lo conseguiremos solos, lo estamos construyendo en la sana relación y con la colaboración a partir de nuestras propias competencias constitucionales, tendiendo puentes que robustecen nuestras capacidades”.
Por ello, en este proyecto común, “nos une la causa de una función pública al servicio de los más vulnerables; frente a cualquier obstáculo, no nos rendiremos, estamos tenazmente decididos a repa rar la deuda con quienes han sido abandonados por la justicia y las instituciones responsables de brindar esa garantía”.
POR ARTURO ROSAS H.