MORELIA.— Considerado como el segundo lago natural más grande de México, actualmente 70% de su extensión —452 kilómetros cuadrados— se encuentra seco.
Una de las principales fuentes económicas de la región era la pesca, llegaban a capturar hasta cinco mil toneladas al año de algunos productos, como charal.
No agarramos nada, está todo seco, esto ya no funciona, nada más estamos esperando las lluvias para que se llene otra vez el lago, con la esperanza de que Dios nos traiga el agua de regreso”, manifestó Norberto Onofre, quien dejó el oficio de pescador ante la situación.
Para algunos habitantes de Cuitzeo, del lago sólo queda el recuerdo de lo que solían admirar cuando circulaban por las vías aledañas.
De niños pasábamos en la carretera con mis papás, las olas brincaban, la brisa mojaba todo el coche y era un paisaje muy bonito, también llegaban los pelícanos borregones, nos parábamos en la autopista para observarlos, también a las garzas, y ahora es un paisaje triste y lamentable, no lo creemos”, lamentó Alejandro Reyes, estudiante y trabajador de un restaurante cercano al afluente, a quien de manera frecuente sus clientes le hacen la pregunta ¿dónde está el lago?
Arturo Chacón Torres, biólogo decano del Instituto de Investigaciones Sobre Recursos Naturales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, señala que hace 30 años, el lago de Cuitzeo alcanzaba cinco metros de profundidad con más de nueve variedades de pescado, pero hoy sólo se captura mosquito.
Poblaciones de occidente, como Huandacareo, Capacho, Cuitzeo, Mariano Escobedo, en la parte central no hay ya pesca, a pesar de que hay una lonja pesquera para procesamiento de estos productos, pero ésto se acabó, sólo se obtiene mosco cuando hay una película de agua, es un insecto que utilizan para complemento de dietas en pájaros, y entonces es lo que se puede vender”, indicó el investigador, quien desde hace poco más de 25 años monitorea al afluente.
En comunidades como Mariano Escobedo, perteneciente a Cuitzeo, las cooperativas pesqueras colapsaron, sus integrantes viajan hacia lo que queda del cuerpo de agua en territorio de Guanajuato, localidad donde incluso otros pescadores los corren hacia territorio michoacano.
Ahorita nos dedicamos a pescar, pero vamos a una parte que se llama Iramuco, Guanajuato, aquí en Michoacán se acabó… estamos explotando la pesca de aquel lado del lago y se me hace que se va terminar también en aquella parte, se va secar totalmente, ya el agua está a un nivel crítico en Guanajuato”, expresó Miguel Ángel Lázaro, pescador de la región.
La situación del estero implica también diversas enfermedades e incendios, se originan tolvaneras que han dejado bajo una nube de polvo a varias localidades, incluyendo algunas de Guanajuato.
Esas tolvaneras tienen quistes de virus y bacterias y entonces ahí se han presentado y se demuestra que hay enfermedades dermatológicas, oftalmológicas, gastrointestinales y pulmonares y el sector salud no le da seguimiento”, dijo.
El investigador de la UMSNH, Arturo Chacón Torres, hizo hincapié en que las comunidades afectadas por las tolvaneras gastan hasta 7 millones de pesos en medicamentos.
Los incendios en la extensión del lago se reportan prácticamente todos los días, los más recientes durante este fin de semana, incluso el humo alcanzó a llegar a los municipios de Tarímbaro y Morelia.
CON INFORMACIÓN DE EXCÉLSIOR