Si algo faltaba para enredar aún más el ambiente político de Tamaulipas, ayer reventó la relación entre Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde.
Más allá de cuál sea el destino legal de la coalición, lo cierto es que la candidatura de la alcaldía de Victoria detonó un terremoto que sacudió los cimientos de la 4T en Tamaulipas.
En resumen: el delegado Mario Llergo Latourniere, enviado al estado por la dirigencia nacional apenas en enero de este año, terminó de estropear un proceso que desde antes se antojaba complejo.
Durante las últimas semanas fueron muchas las denuncias en su contra de diferentes actores morenitas que lo señalaron como alguien con escaso respeto por los compromisos.
El primer desaguisado que ocasionó fue en Matamoros, donde nunca pudo poner orden entre los aspirantes a las diferentes posiciones en disputa.
Luego de varios intentos fallidos por presentar a su candidato, el delegado nombró a Beto Granados desatando la furia del alcalde con licencia Mario López, quien abiertamente llamó a una insurrección contra Morena, sin que desde la dirigencia nacional representada por Llergo, hubiera respuesta alguna.
Desde aquel momento, en realidad, empezó a crujir la coalición Sigamos haciendo historia en Tamaulipas.
Luego vino el caso Reynosa, donde el delegado impuso a Carlos Peña Ortiz a pesar de que él mismo les había comunicado a los demás aspirantes que se prepararan para las mediciones porque el hijo de Maki Ortiz no estaba contemplado para la reelección.
Algo paso en esas horas que, Llergo se echó para atrás sin rubor y terminó por levantar la mano del alcalde.
El resultado: una nueva ruptura con cuadros que amasan cierto capital político a favor de la 4T en Reynosa.
Finalmente, la cereza del pastel para el delegado fue la designación en Victoria.
De manera inexplicable, alargó el periodo de espera generando un clima político de alta tensión que a la postre se convirtió en el punto de no retorno para la relación entre las dirigencias estatales de Morena, PT y el Partido Verde.
Sea cual sea la definición formal de este embrollo, el daño causado es muy grande, y los candidatos que al final abanderen a la 4T tendrán mucho trabajo para no pagar los platos rotos en las urnas.
Cuidado con las pasiones
Este clima político tan enrarecido -porque en la vereda de enfrente los panistas también tienen lo suyo- suma mucha tensión a un proceso electoral complejo, en el que hay muchas cosas en juego.
En el pasado, esta ha sido una mala combinación que ha detonado hechos violencia entre actores, pero también contra la prensa e incluso contra la población civil.
A unos días de que arrecien las campañas con el inicio del proceso local, vale la pena hacer un llamado a la cordura para los protagonistas políticos actúen con responsabilidad.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES