Era el 16 de marzo de 2020, cuando las alertas sonaron en Tamaulipas con la confirmación del primer caso de COVID-19; aunque importado, se encendían las alarmas porque la pandemia había entrado al estado, lo que a la postre dejó una estela de más de 8 mil 600 muertes.
El primer caso confirmado hace exactamente cuatro años fue el de un trabajador extranjero en Altamira, que luego de visitar su país Malasia, regresó con los síntomas de la enfermedad. Un par de semanas después, el 4 de abril, la Secertaría de Salud de Tamaulipas confirmó la primera defunción por la pandemia en una mujer de 55 años del municipio de Reynosa.
Durante estos últimos cuatro años, la enfermedad ha dejado un saldo de 189 mil 096 casos, más de 181 mil pacientes recuperados y las poco más de 8 mil 600 muertes.
Los primeros efectos de la pandemia, incluyeron las compras de pánico, que a su vez trajo un desabasto de productos de limpieza e higiene personal, así como de insumos para protección como los cubrebocas, gel antibacterial y guantes de látex.
Además de la suspensión de eventos socioculturales, el cierre temporal o definitivo de empresas, restaurantes, playas, albercas y toda aquella actividad considerada como no esencial, de igual modo, esto trajo una caída del precio del combustible así como del peso mexicano en los mercados de divisas internacionales.
El encierro, el confinamiento, el no salir de casa, vino aparejado con situaciones de relaciones, violencia familiar, consumo de sustancias, así como la necesidad de equiparse para trabajar y estudiar desde casa.
PUENTE Y YA NO REGRESAMOS A LA ESCUELA
Fue un jueves 12 de marzo de ese año, cuando las actividades escolares vivirían tres días de asueto por el puente del natalicio de Benito Juárez, sin embargo las clases fueron suspendidas de forma oficial el 16 para evitar riesgos entre la población estudiantil, lo mismo pasó con la actividad empresarial, comercial y gubernamental, se suspendió casi al 100 el trabajo presencial por dos largos años.
Así iniciaban las ‘olas’ por COVID-19, la primera oleada con la variante Alfa, proveniente del Reino Unido; en Tamaulipas se vivió con ‘picos’ máximos de 2,403 casos por semana, dicha oleada se registró de junio de 2020 a noviembre del mismo año.
Para la segunda oleada, las afectaciones se dejarían sentir con la variante Gamma, proveniente de Japón y Brasil, con esta en Tamaulipas habría un reporte de 1,804 por semana, se marcaba una disminución de contagios comparando las cifras con la primera oleada, esta e extendió de diciembre de 2020 a febrero de 2021.
El inicio de la tercera oleada se da en junio de 2021 y terminaría en septiembre del mismo año, registrando picos máximos de 1,445 casos por semana, la variante predominante sería la Beta, que habría sido identificada en Sudáfrica.
Las autoridades sanitarias estarían identificando la cuarta oleada de la pandemia con la variante Delta, surgida en la India, que en Tamaulipas trajo afectaciones a finales del mes de diciembre de 2021 y que se mantuvo hasta 2022.
Dicha oleada traería un incremento muy marcado en los contagios al registrar en promedio unos 3,384 casos semanales, se consideraba hasta ese momento como la variante de mayor contagio.
Sin embargo sería en la una quinta oleada con Ómicron, también de origen en Sudáfrica como la Delta, que se enfrentaría la población a un elevado riesgo de contagios.
Esta oleada alcanzó un pico de casos por semana de 10,888, con una marcada diferencia en el tema de defunciones, porque tenía baja letalidad, es decir bajó el número de muertes.
Ómicron tuvo su impacto en Tamaulipas durante el período comprendido de febrero a marzo de 2022, con una diferencia enorme en el nivel de gravedad entre la población, en las primeras oleadas hubo muchas defunciones, y con esta fueron menos las muertes.
MUERTES DE MÁS A MENOS
Con las primeras oleadas las muertes por COVID-19 eran a diario, de las proyecciones de poco más de mil 500 durante la pandemia, ya que la cifra actual es de 8 mil 639.
Los números y datos del boletín de Situación Epidemiológica de la COVID-19 en México, señala que Tamaulipas, durante la primera ola, registró 1,173 muertes mensuales.
Para la segunda se registró un promedio por mes de 615 decesos; en la tercera ola, considerada como de las menos letales, hubo un registro por mes de 189 muertes.
Para la siguiente oleada, la cifra de muertes aumentó ligeramente, a 356 por mes, mientras que en la quinta oleada subió a 426 decesos, lo que habla de cómo en cada oleada se bajando la cifra de muertes.
Mientras que Tamaulipas tuvo un máximo de 2,403 casos semanales, en la primera oleada, con un pico máximo de 1,173 defunciones; en la cuarta, quinta oleada, el número de contagios semanales fue de 10,888 casos y las defunciones 426.
Desde diciembre de 2020, ya se trabajaba el tema de la vacunación contra la enfermedad, lo que ayudó a dar inmunidad y permitir que los contagios no fueran tan severos o mortales, de manera particular para pacientes con comorbilidades.
Los primeros en recibir la vacuna, fueron los trabajadores de salud que estaban atendiendo en primera línea a los pacientes, esa etapa se desarrolló hasta el mes de febrero de 2021. La segunda etapa fue de febrero a mayo de 2021 y atendió a Personas de 60 o más años y personal de salud restante.
La tercera etapa se desarrolló de mayo a junio de 2021 y atendió a Personas de 50 a 59 años. Y embarazadas de 18 años y más, a partir del tercer mes de embarazo.
La cuarta etapa se desarrolló de junio a julio y atendió a Personas de 40 a 49 años. La quinta etapa se desarrolló de julio de 2021 a marzo de 2022 para el resto de la población.
POR NORA ALICIA HERNÁNDEZ HERRERA