Un hito histórico en la memoria de todos los tampiqueños, especialmente los mayores es la inundación que provocó el huracán Hilda en 1955.
Este evento fue tan importante que es rememorado en el recientemente inaugurado Museo de la Ciudad de Tampico. Ahí se tiene una sala inmersiva en la que se evoca este fenómeno, por favor no deje de visitarla.
La probabilidad de que vuelva a suceder este mismo fenómeno en el sur de Tamaulipas no es algo descabellado.
Innumerables veces hemos estado expuestos a la entrada de ciclones que han cambiado su ruta, al grado que como chiste local se lo atribuimos a los marcianos.
Pero, mas allá de las anécdotas, ¿qué tan preparado está usted y su familia ante la real llegada de un fenómeno natural de esa naturaleza? ¿Tiene ensayado un plan de acción con sus hijos? ¿Conoce los albergues que existen en su ciudad?
¿Ya cuenta con un kit de primeros auxilios en caso de inundación? Aquí en el sur de Tamaulipas, estamos rodeados de distintos cuerpos de agua como el Río Pánuco, el Río Tamesí, todo el sistema lagunario y el máximo paseo turístico que es la playa de Miramar.
Esta región no tiene montañas o bosques, por el contrario, es una zona semidesértica, lo que la convierte en un área con altas posibilidades de inundación.
De ahí que es tan importante la comunicación y participación de toda la sociedad, medios de comunicación y las instituciones gubernamentales, en la difusión de información que pueda prevenir contingencias.
Para conocer las medidas que sí están en nuestro control como sociedad civil, se entrevistó a los representantes de Capitanía de Puerto, Protección Civil y CIDIPORT (que es un centro de investigación adscrito a la Universidad Autónoma de Tamaulipas), ya que son las instituciones encargadas de difundir el estado del tiempo, alertar sobre el cambio climático y avisar/alertar en casos de inundación, ciclones tropicales e incendios con cierta antelación.
En nuestra zona, Protección Civil es la institución encargada de habilitar e informar sobre refugios temporales la población civil en caso de heladas, ciclones, olas de calor o cualquier otro fenómeno natural.
Lamentablemente, aún hay mucha ignorancia de las estrategias y cómo proceder en estas situaciones, en las personas con mayor vulnerabilidad social.
Lo que los entrevistados coincidieron es que, por un lado, los medios de comunicación informan con una antelación de 24 a 48 horas el estado del tiempo, pero los pocos minutos o el espacio destinado a esa información, solo se limita a datos climatológicos.
No tratan temas de prevención de riesgos, cuidado medioambiental, o fomentan las medidas de seguridad. Por otro lado, las instituciones gubernamentales encargadas de generar la prevención y el cuidado medioambiental, carecen de medios necesarios para llegar a toda la sociedad, especialmente a la más necesitada.
Existe en nuestra zona una laguna informativa sobre la educación medioambiental enfocada en las necesidades especiales que requiere nuestra geografía.
Si bien, no podemos forzar a la iniciativa privada o a las instituciones gubernamentales a ofrecer más allá de lo que les es posible, sí se les puede hacer una invitación a que realicen sinergias positivas para fomentar la cultura de la prevención.
Desde la sociedad civil, lo que sí se puede hacer es que, tal como se hace en un examen de conciencia, pregúntese usted si en casa cuenta con un botiquín de primeros auxilios.
Este, seguramente contiene alguna bolsa llena de medicamentos, vendas y quizá algún mertiolate o crema para rozaduras.
Bien, pues si un día le avisan con unas pocas horas de antelación que habrá un ciclón y debe abandonar su hogar, éste le será insuficiente y no tendrá tiempo para poder preparar un kit de prevención de desastres naturales, o lo que es lo mismo: una mochila de emergencia.
¿Qué elementos debería cargar esta mochila? Lo primero: un mini botiquín de primeros auxilios, con vendas, medicamentos, cremas, jeringas, algodón y curitas entre otras cosas; al menos 3 litros de agua embotellada; alimentos no perecederos como atún, frijoles, leche en polvo, sopas instantáneas, entre otros; artículos de aseo personal como jabón, papel sanitario, toallas femeninas, cepillo de dientes, cortaúñas, desodorante; mantas individuales y ropa de abrigo. Otros artículos importantes para incluir son una lámpara o linterna con pilas nuevas, silbatos, navajas o cuchillo multiusos, radio analógica a pilas, una muda completa de ropa, un cambio de zapatos, una chamarra impermeable pero ligera. Si se tienen bebés o mascotas en casa, considerar varias bolsitas de alimento para ellos, pañales y biberones.
Además, una copia de las llaves de su casa y su auto. Es deseable un USB con el duplicado digital de documentos importantes para usted y su familia como actas de nacimiento, matrimonio, credenciales de INE, pasaporte, decesos, facturas de inmuebles, escrituras, tenencias y otros.
Si usted tiene niños pequeños, considere la necesidad de guardar algún juguete que no sea de pilas en dicha mochila, porque, aunque los niños pueden adaptarse rápidamente a cualquier ambiente y tener una gran imaginación para jugar con palitos y piedritas; no desestime que también ellos podrían ser expuestos a un fuerte estrés, y tener un juguete o mantita preferida puede ayudarlos a sentir un estímulo familiar y mitigar la ansiedad.
Finalmente, y sin que le genere mayor espacio o peso en la mochila, sería conveniente integrar un teléfono sencillo, que no necesariamente tenga internet, con una ficha de prepago y cargador o pilas de repuesto.
A esto le complementaría una pequeña libreta de direcciones de sus familiares más importantes y más cercanos, así como números de cuenta de sus tarjetas bancarias, número de empleado o de seguro social. También es de suma importancia que toda su familia tenga su propia mochila de emergencia, pues cada miembro debe responsabilizarse por prevenir sus necesidades.
Ciertamente, es trabajo de los adultos de proveer los elementos mencionados, pero es responsabilidad de cada uno el organizarla, ordenarla y mantenerla en un sitio de fácil acceso en caso de emergencia. Sobra decir que dicha mochila debería ser preferentemente de material impermeable. ¿Usted conoce dónde se encuentran los refugios temporales más cercanos a su domicilio? Tal vez crea que, porque no se ha inundado nunca su hogar, eso no podría pasarle, pero en el sur de Tamaulipas existen cerca de 100 colonias que se encuentran en ese riesgo, la gran mayoría se ubica en las orillas de la ciudad, cerca de lagunas, cañadas o ríos.
La prevención es importante, pero también lo es la implementación de campañas permanentes para la difusión y prevención de los desastres naturales, que sean activas durante todo el año, no únicamente en temporada de ciclones, inundaciones, tormentas, huracanes o incendios.
A pesar de que los comunicadores de los medios de comunicación especializados en el estado del tiempo, detallan oportunamente los datos más actuales, al tratarse de una empresa mediática, su prioridad se concentra en la rentabilidad del espacio informativo, no en la educación medioambiental, en la discusión del cambio climático o la prevención de riesgos.
Desde otra perspectiva, lo que sí sería deseable que consideraran en los espacios informativos, es en destinar programas o notas especializadas en temas de medio ambiente en horarios de alto consumo o demanda.
Por el contrario, solo hasta que los fenómenos meteorológicos han tocado tierra y se sienten sus graves consecuencias, es cuando los medios señalan el rol de las autoridades de gobierno, en su capacidad de resolución (no de prevención).
Sin embargo, no exigen esclarecimiento en la rendición de cuentas del presupuesto del erario público, destinado a la atención ciudadana ante desastres naturales.
Es en esa etapa cuando se genera mayor interés en el tema por parte de la sociedad, cuando ya es tarde y se está resolviendo lo que meses o años atrás se pudo prevenir.
Por cierto, en menos de dos meses comienza la temporada de ciclones en la zona, es buen momento de armar en nuestra familia un plan de contingencia, un mini botiquín de primeros auxilios, una mochila de emergencia y platicar con los más pequeños la importancia de cuidar el medio ambiente.
Aprendamos a prever desde la experiencia con el huracán Hilda. Recuerde que, solo tenemos un planeta y es el único en el que vamos a vivir.