La elección de Andrés Manuel López Obrador como como el primer presidente de izquierda provocó de inmediato la alianza de los partidos perdedores PAN, PRI y PRD, que en los hechos unificaron fuerzas para oponerse a todas las acciones emprendidas desde el momento mismo en que el Presidente electo entró en contacto con el Presidente Enrique Peña Nieto para organizar la entrega-recepción del gobierno.
El anuncio del presidente Lopez Obrador de cancelar la obra en construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco desató una polémica que no ha terminado 6 años después. Anunciar la creación y sostenimiento de programas sociales con dinero de la hacienda pública fue objeto de amplias discusiones antes y después de que el gobierno iniciara su trabajo.
Los opositores dijeron que la economía se iba hundir pero creció, que los inversionistas extranjeros se iban a llevar su dinero pero se quedaron y llegaron más, que si subía el salario subiría la inflación pero se controló y bajó, que si se daban programas sociales en dinero los beneficiarios dejarían de trabajar pero bajó el desempleo, que iba a aumentar la pobreza pero se redujo, que se iba a devaluar el peso frente al dólar pero se revaluó, que si se quitaba el seguro popular 30 millones se quedarían sin servicio pero allí están los mismos hospitales, clínicas y centros de salud con los mismos doctores y enfermeras sin costo para los usuarios.
Cada una de estas argumentaciones fue ampliamente difundida en los medios y en las redes sociales, de tal manera que la polémica que causaron permeó hacia la sociedad en donde todos los ciudadanos fueron tomando una posición personal frente a cada uno de los temas. Fifís ha sido el termino utilizado para referirse a la derecha y sus partidarios, su candidata y los partidos que la postulan. Chairos es la palabra utilizada para hablar de la izquierda, el Presidente de la Republica, y la candidata de Morena y su seguidores.
Se convirtió rápidamente en un asunto común comentar, después discutir y llegar a debatir en reuniones de amigos, compañeros de trabajo, y hasta en las mesas y reuniones de familia los temas del gobierno y la política. El tono de los diálogos fue subiendo desde los comentarios respetuosos a las descalificaciones, del análisis de la información y los datos disponibles a las afirmaciones terminantes, hasta llegar a los insultos y en no pocas ocasiones al distanciamiento entre compañeros de trabajo, vecinos, amigos y parientes que fueron cercanos por mucho tiempo.
Sin duda este nuevo debate de las ideas beneficia al desarrollo democrático de México. El aumento del interés público en los asuntos de la política enriquece la calidad de la ciudadanía y como en toda experiencia nueva el tono y la forma de las discusiones se irá afinando con el ejercicio constante. Un estudio especifico del INE o el INEGI permitiría saber con mayor claridad en que temas hay mayor interés, cuales sectores de la sociedad son los mas interesados, y que forma de comunicación tiene mejores resultados.
Dentro de 55 días los mexicanos elegirán a la primera presidenta de la república. Estará por verse si la vida social y familiar volverá a su cauce normal, si los agravios y las descalificaciones proferidos serán olvidados y se recupera la cercanía de quienes se separaron por tener opiniones diferentes sobre la vida política del país, sabremos entonces si la época de la discusión de fifís contra chairos quedará en el pasado o por el contrario prevalecerá como parte de una nueva normalidad política.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ