Norma Piña, ministra presidenta de la SCJN podría enfrentar juicio político en el Congreso de la Unión y tal vez no la destituyan, pero ha de sufrir la vergüenza de ser señalada por su carencia de ética al tomar partido a favor de Xóchitl Gálvez. Sea por hacer uso faccioso de la institución. En este mismo sentido será demandada (o ya lo fue), ante la Fiscalía General de la república de algunos otros delitos que le resulten.
Morena y el ministro en retiro Arturo Zaldívar encabezan lo que no deja de ser otro escándalo en pleno proceso electoral. Y es que la señora Piña alucinada por el cargo y los halagos de la ultraderecha va por atajos peligrosos atraen dudas y desconfianza.
Han sido demasiados los golpes contra la 4T y su líder, asestados por esta señora que parece catálogo de venganzas permanentes desde el mismo momento de tomar posesión de la delicada responsabilidad. No es secreto que su elección fue producto de la complicidad de la mayoría de sus colegas también comprometidos con los intereses del bloque conservador.
En este caso no es coincidencia la investigación a Arturo Zaldívar en la época que desempeñó el cargo que hoy ostenta Piña. Recordéis que se trata de uno de los asesores más importantes de Claudia Sheinbaum. Nada menos que el encargado de elaborar las reformas del poder judicial entre las que se cuenta la elección popular de todos aquellos(as) que tienen que ver con la impartición de justicia. Es lo que no gusta a los (as) que por años permanecen pegados(as) a la ubre presupuestal con sueldos superiores al medio millón de pesos mensual y prestaciones que rebasan a la imaginación más audaz y ambiciosa.
La funcionaria envilece a la SCJN al ponerla al servicio de la reacción. Y no se trata de un poder que equilibre o sirva de contrapeso a la función pública, sino de un instrumento utilizado para desvirtuar la tarea que otros realizan a favor de las mayorías. El objetivo es obstaculizar los esfuerzos de AMLO para rescatar la dignidad del país, aplicar la justicia social y practicar plena democracia.
De manera que Norma Piña podría estar sujeta a juicio político, mientras tanto la respuesta proviene del PAN, como es natural, cuando a la vez solicitan lo mismo para Arturo Zaldívar. Total, será un cuento de nunca acabar si es que la 4T no logra derribar las barreras que el neoliberalismo dejó sembradas durante los 36 años de siniestra existencia. Sin embargo, existe la esperanza (que casi llega a convicción), que el próximo sexenio la totalidad de los traidores vende patria, fascistoides, discriminadores, explotadores, ladrones, saqueadores y toda la nociva fauna surgida de los gobiernos panistas y priistas reciban su merecido. Así que los corruptos la pueden pasar muy mal. Que así sea.
SUCEDE QUE
No es exagerado decir que para Cabeza de Vaca inició la cuenta regresiva. Después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo consideró inelegible, enfrenta una realidad que le puede complicar la existencia. Deberá responder a demandas, incluso de carácter civil como la interpuesta por Santiago Nieto, además de aquellas que lo culpan de presuntas irregularidades administrativas durante su gestión al frente del gobierno de Tamaulipas. Dicese de miles de millones de pesos cuya aplicación permanece en la opacidad sin que parezca importar mucho a quienes integraron el anterior régimen. Vaya usted a saber.
Tras la revocación de la candidatura como diputado federal pluri, CDV aparece vulnerable a pesar de su acostumbrada actitud del valiente “que pa’ todos tiene”. Cierto es que habitar en el extranjero de alguna forma lo protege, pero ¿hasta cuándo y hasta dónde? No olvidemos que la suerte también tiene fecha de caducidad.
Por otra parte, causa risa que se autocalifique como “víctima” al considerar que el TEPJF fue presionado para evitar que llegara al congreso federal. Hasta ha de creer.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA