Entre los pilares de la democracia son las instituciones, la división de poderes y la libertado de expresión. México ha sufrido “presidenciatos” durante una buena parte de su historia donde el presidente, toma el papel de un mandatario absolutista, que no acepta ningún contrapeso o diferencia a sus opiniones y le ha tomado mucho tiempo tener instituciones que acote el poder del presidente.
En los últimos años, México ha sido testigo de una serie de tensiones y desafíos significativos entre las instituciones gubernamentales, y a los medios de comunicación, ataques encabezados por poder ejecutivo es decir el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este periodo ha sido marcado por un constante escrutinio y presión sobre instituciones como el Instituto Nacional Electoral (INE), el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por citar algunos ejemplos.
Estas entidades, encargadas de salvaguardar la democracia, la transparencia y la justicia en México, han enfrentado críticas y ataques por parte del gobierno federal debido a su independencia y sus decisiones que no siempre coinciden con la línea política del presidente.
El ascenso al poder de Andrés Manuel López Obrador en diciembre de 2018 marcó un cambio significativo en el panorama político de México.
Su gobierno declaro la intención de combatir la corrupción y la desigualdad, prometió transformar el país y llevar a cabo reformas profundas.
Sin embargo, su estilo de gobierno se ha distinguido como autoritario y polarizador, especial- mente en lo que respecta a su relación con las instituciones independientes.
El presidente ha expresado abiertamente su descontento con ciertas decisiones tomadas por el INE, el INAI y la SCJN, lo que ha generado un clima de confrontación y desconfianza entre el poder ejecutivo y estas instituciones.
El INE, encargado de organizar elecciones libres y justas en México, ha sido uno de los blancos principales de las críticas del presidente.
La relación entre López Obrador y el INE se ha vuelto tensa en diversas ocasiones, el presidente ha hecho acusaciones de parcialidad política, especialmente por la cancelación de las candidaturas de ciertos políticos afines al presidente.
Además, ha habido debates intensos sobre la autonomía del INE y los intentos del gobierno de modificar su estructura y limitar su independencia.
Recientemente criticó el formato del debate presidencial a pesar de que un día antes había expresado su acuerdo por como se llevó a cabo.
El presidente ha cuestionado repetidamente la utilidad del INAI y ha propuesto reducir su presupuesto, argumentando que la institución no cumple adecuadamente con su función.
Estos señalamientos han generado preocupaciones sobre el futuro del derecho a la transparencia y el acceso a la información en el país.
La SCJN, como máximo tribunal de México, ha sido otro punto de conflicto durante el gobierno de López Obrador.
El presidente ha criticado públicamente las decisiones del tribunal que no coinciden con su visión política, incluyendo fallos relacionados con reformas legislativas propuestas por su administración, de hecho ha comentado públicamente que le “dio línea” al anterior presidente Arturo Zaldívar acerca de algunos casos de su interés.
Este escenario ha llevado a debates sobre la independencia judicial y la separación de poderes en México.
La resistencia de estas instituciones frente a las presiones del poder ejecutivo es crucial para mantener un sistema democrático saludable y un estado de derecho efectivo en México.
La erosión de la confianza en estas instituciones también podría tener consecuencias negativas para la gobernabilidad y la estabilidad política a largo plazo. La falta de respeto por la independencia de las instituciones puede debilitar la democracia mexicana y socavar los mecanismos de rendición de cuentas.
En conclusión, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador ha sido testigo de tensiones significativas entre el poder ejecutivo y las instituciones autónomas en México.
El INE, el INAI y la SCJN han enfrentado desafíos considerables debido a su independencia y sus decisiones que no siempre coinciden con los intereses del presidente.
El futuro de estas instituciones y su capacidad para resistir las presiones políticas son cruciales para la preservación de la democracia y el estado de derecho en México.
Es fundamental proteger la autonomía de estas entidades y fortalecer los mecanismos de rendición que garanticen un sistema político transparente y equitativo en el país.
En las próximas elecciones es de la mayor importancia que no haya mayoría absoluta en ninguna de las cámaras, senado o congreso de la unión para asegurar la integridad democrática y el respeto por el estado de derecho en el país.