Si en algo ha destacado indiscutiblemente Jorge Álvarez Máynez, candidato presidencial de Movimiento Ciudadano (MC), es en su condición de atractivo mediático, no de alternativa seria para ganar.
Bueno, no hay que escatimarle méritos a sus esfuerzos para hacerse notar con una sonrisa que a muchos parece ensayada y aún así, acartonada, con lo que llama la atención del segmento más joven del electorado.
Álvarez Máynez es el candidato emergente de MC y aunque no tiene el carisma que posee Samuel García -con todo y su superficialidad-, se ha convertido en un fenómeno de las redes sociales.
Eso justamente es lo que están aprovechando los adversarios de la opositora Xóchitl Gálvez para tratar de instalar la narrativa de que el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano ya la alcanzó en las preferencias electorales. Nada más alejado de la realidad.
Si bien, el diputado zacatecano que antes militó en el PRIAN y ahora enarbola la bandera en contra de esa coalición partidista es una cara relativamente nueva en el escenario político, también lo es que no ha tenido éxito al tratar de desmarcarse y quitarse la etiqueta de comparsa en la elección presidencial.
No tanto por él -que ya es decir-, sino porque a pesar de tener mucho por crecer como tercera opción política, Movimiento Ciudadano no ha podido despojarse de la sombra de su fundador, el expriísta Dante Delgado Rannauro, un exitoso negociante en sus tratos con los partidos en el poder en turno.
Dante, fundador, controlador y dueño del partido como sucedió con los González Torres-González Martínez con el Partido Verde, es el nuevo juguete del oficialismo, que con un doble juego está buscando impulsar a Movimiento Ciudadano como segunda fuerza política.
Jorge Álvarez Máynez es un candidato mediático, su jingle de campaña se escucha por todos lados y es un fenómeno entre el electorado joven, pero eso no significa que tenga asegurada la votación de las y los muchachos.
Una cosa es el éxito musical y otra, que el aire con el que lo están inflando se refleje en votos, que son lo que al final cuentan.
La fuerza electoral de Movimiento Ciudadano se concentra en los estados de Jalisco y Nuevo León, además de un poco en Tabasco y quizá, partes de Veracruz.
Aunque a los seguidores de Dante les moleste, MC no es un partido de alcance nacional, no tiene una estructura territorial respetable. Eso limita el crecimiento y el accionar de un partido, cualquiera lo sabe.
Un flanco débil más de MC es que ha tenido que recurrir a personajes públicos, visibles en redes sociales -influencers, se dicen algunos-, para entregarles candidaturas en todos lados. Es, como les decía, la búsqueda del ruido mediático más que de votos.
La narrativa de Jorge Álvarez Máynez -tocado también por las sospechas de su beneficiosa relación de negocios con la Cuatroté-, tiene puntos buenos, pero se desfonda cuando se analiza el comportamiento del partido como un aliado de facto de Morena.
Lo que pudiera ser un atractivo como tercera opción, alejada de la virulencia del radicalismo de “chairos” y “fifis”, se diluye cuando uno ve que desde el oficialismo tratan de inflar de más al diputado zacatenano, quien por cierto saltó a la “fama” cuando en un vídeo suyo bebiendo alcohol con Samuel García se mofó del INE, de Manlio Fabio Beltrones y de la oposición.
El candidato de Dante quiere hacer historia y se ha creído que está por desplazar a Xóchitl.
Mala señal, porque si tomamos como un solo ejemplo la más reciente encuesta de El País-W Radio -del español Grupo Prisa que ha sido muy considerado con la Cuatroté-, a Jorge Álvarez Maynez le dan apenas un 7% de posibilidades de ganar. Su posición es 5 veces menor que la de la candidata panista-priísta.
Esa es la muestra de cómo de manera burda, apostando a lo mediático y a lo superficial, Movimiento Ciudadano quiere instalar la narrativa alentada por el oficialismo en el sentido de que ya alcanzó a Gálvez.
Haga usted de cuenta, como la manera en que algunas encuestadoras de amigos de Eugenio “El Geño” Hernández Flores quieren hacer con el expresidiario, a quien casi dan como ganador de la senaduría de primera minoría en Tamaulipas, cuando en vez de crecer va cayendo en las preferencias. Claro, Álvarez Máynez no es “El Geño” ni Tamaulipas es México.
Algo es incuestionable: Con su campaña altamente mediática, el candidato presidencial ha hecho muy visible a Movimiento Ciudadano en el contexto nacional, aunque en contraparte el costo que seguramente pagarán él y su partido será muy alto, al cambiar posicionamiento electoral por credibilidad y cuestionamientos a su independencia respecto al oficialismo.
XÓCHITL EN TAMAULIPAS
Como estaba previsto, ayer llegó a la frontera de Tamaulipas la candidata presidencial opositora Xóchitl Gálvez, para sostener encuentros con grupos de productores agrícolas, comerciantes, ciudadanos y simpatizantes de los partidos que la postulan.
Xóchitl llegó a hacer campaña a una de las zonas geográficas más convulsas del país, ahí en donde han predominado los abrazos y la tolerancia a los delincuentes por parte del gobierno de López Obrador, más que la aplicación de la ley para proteger a los ciudadanos.
Gálvez continuará este viernes su gira por la capital y el sur del estado, teniendo contemplada una reunión en el Centro de Convenciones de Tampico con la militancia y representantes de la sociedad civil de la región.
ESCOTILLA
En la última semana, los esfuerzos de algunas encuestadoras muy poco conocidas y otras bien identificadas con personajes cercanos a Eugenio “El Geño” Hernández Flores, han difundido masivamente que el expresidiario casi alcanza en las preferencias electorales a los candidatos punteros de Morena, Olga Sosa y José Ramón “Jota Erre” Gómez Leal.
La desesperación cundió hace tiempo en el equipo de “El Geño” y de Maki Ortiz, pues las distintas mediciones reportan que en vez de crecer, han caído en simpatías ciudadanas y que sus posibilidades de ganar el segundo sitio y desplazar al PAN al tercer lugar, están lejos de concretarse.
Los defensores de “El Geño” entre los que hay algunos exalcaldes priístas de Tampico, Madero, Altamira y Aldama, así como exdiputados locales priístas, dicen que “la gente lo quiere”, pero cínicamente pretenden olvidar que fue durante su gobierno que Tamaulipas vivió el peor clima de terror en décadas. Que pregunten a los familiares de las Miles de victimas qué les parece su postulación.
POR TOMÁS BRIONES
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