CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Uno de los peores rostros de la desintegración familiar se mostró la madrugada del martes en la colonia Mariano Matamoros, luego de que un hombre asesinara a tiros a su mujer que estaba embarazada, y dejara malherida a su suegra.
Por si fuera poco el crimen dejó en orfandad a una niña de 3 años y a su medio hermano de 4, producto de relaciones fallidas que tuvo la víctima.
La ahora occisa fue identificada como Eliselda “L” de 26 años, quien además esperaba a su tercer hijo, el cual llevaba tres meses de gestación.
La herida es su madre identificada como Matea “L” de 66 años, cuyo estado de salud es grave.
Aunque la Unidad General de Investigación no lo ha confirmado, trascendió que el presunto responsable fue detenido y responde al nombre de José “T”, de 40 años y de oficio cortador de madera.
De acuerdo a la información obtenida, el asesinato y agresión ocurrió el martes a las 4 de la mañana, en la calle Leyes de Reforma, entre Artículo 2 y 3 de la colonia antes mencionada.
Fue al interior de la casa marcada con el número 429 donde se registró la tragedia.
Las primeras investigaciones apuntan que José andaba bajo los efectos del alcohol, y discutió con Eliselda ya que al parecer acudió a un baile.
Finalmente el individuo sacó un arma corta y disparó a quemarropa contra su pareja para luego hacerlo con su suegra mientras que los dos niños se asustaron con las detonaciones.
La joven de 26 años de nombre Eliselda “L” quedó sin vida en la banqueta, justo a las afueras de la Iglesia Santidad de México, mientras que su madre resultó gravemente herida al recibir tres impactos de arma de fuego.
Tras el crimen, el hombre arrastró los cuerpos de las mujeres más de 30 metros y los metió a un solar baldío, sin embargo ya había sido visto por vecinos que salen muy temprano a trabajar.
La Fiscalía Especializada en investigación de delitos cometidos contra Niñas, Niños y Adolescentes y delitos contra las Mujeres por razón de género (FENNAM) se encargó de las investigaciones y aseguramiento del inmueble.
Por Alfredo Peña/Jesús Berlanga
Expreso – La Razón