CIUDAD DE MÉXICO.- El sábado 11 de mayo de este año, se presentó un fenómeno inesperado en México: auroras boreales, producto de una tormenta solar G5, que fue captada desde el espacio con cámaras instaladas en satélites y luego difundidas por Instituto Cooperativo de Estudios de Satélites Meteorológicos (CIMSS) de la Universidad de Wisconsin-Madison.
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México, una tormenta solar tiene que ver con lo que ocurre en el Sol, como las eyecciones, manchas y la actividad solar, mientras que la tormenta geomagnética son aquellas perturbaciones en el entorno terrestre, las cuales pueden estar relacionadas con aquellos cambios rápidos, intensos y temporales del campo magnético de la Tierra. Estas perturbaciones pueden llegar a la atmósfera terrestre y detectarse en la superficie. Es decir, que una parte de la actividad que se presenta en el Sol alcanza a llegar cerca de la Tierra, y el viento solar puede provocar tormentas geomagnéticas.
¿Cuándo será la próxima tormenta solar?
Si bien hay monitoreo del ciclo solar, las tormentas solares no se pueden predecir, pero los sistemas de vigilancia permiten calcular el tiempo de llegada de los efectos, aunque suele ser corto. Según científicos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), las tormentas geomagnéticas terminarían el 14 de junio; sin embargo, estiman que el pico de este ciclo solar podría suceder entre noviembre de 2024 y marzo de 2026. El modelo de clima espacial de la NOAA señala que en julio de 2025, aunque podría presentarse algunos meses antes o después y las próximas podrían ser de nivel G4 o menores.
Por su parte, María Sergeeva, investigadora e integrante del Laboratorio Nacional de Clima Espacial México de la UNAM, señaló que ahora está al máximo la actividad solar; sin embargo se desconoce cuándo exactamente ocurrirán las tormentas geomagnéticas, pero ocurrirán.
Además, destacó que dependiendo del nivel del evento pueden o no afectar a los sistemas satelitales y recordó que en 2003, cuando se presentó una fuerte tormenta geomagnética, hubo pérdida total de satélites e incluso se cancelaron o modificaron vuelos transcontinentales. Las tormentas geomagnéticas además pueden afectar infraestructura en la superficie de la tierra e interrumpir la red eléctrica, comunicaciones, la navegación y las operaciones de radio.T
Con información de Heraldo de México