CIUDAD VICTORIA, TAM.- Tamaulipas enfrenta una de las peores crisis ambientales de su historia, falta de agua, especialmente por la sobreexplotación de las cuencas, dejando ríos y presas secas, además de las temperaturas más altas jamás registradas, han cambiado la vida cotidiana y de la agricultura y ganadería de la entidad.
Sin embargo, nada de esto pasó de un día a otro, las temperaturas actuales más altas en la historia del estado, reportan un aumento de 2.5 grados Celsius en los últimos 10 años. Los mantos acuíferos agotados, solo se explican con una sobreexplotación que durante años no tuvo freno e incluso podría encontrarse la complicidad de las mismas autoridades del pasado, dejando vacías presas, ríos, sistemas lagunarios y humedales.
La semana previa y luego de la crisis que vive la zona sur del estado ante una evidente falta de agua, se tomó la decisión de llevar agua desde el río Guayalejo hasta ese punto para paliar la sed de la población.
Además se cancelaron las concesiones para uso agrícola, pues la prioridad es el consumo humano, para ello se implementó un operativo de vigilancia que, de acuerdo con lo informado por el Secretario de Recursos Hidráulicos, Raúl Quiroga Álvarez, por día se encontraron 40 tomas irregulares, mismas que fueron clausuradas.
En los últimos 20 años, el manto acuífero denominado Victoria ha sufrido una disminución del 30 por ciento en su nivel de agua; la sobre explotación ha llevado a una disminución del 40 por ciento en el nivel de agua de las presas y ríos principales del estado en los últimos 15 años. De acuerdo con especialistas del Instituto de Ecología de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, el cambio climático ha exacerbado las condiciones de sequía que ya eran problemáticas debido a la sobreexplotación de recursos, por lo que es necesario tomar medidas estrictas.
La situación de emergencia que vive la zona sur, tampoco es nueva, el sistema lagunario del sur del estado ha perdido aproximadamente 50 por ciento de su superficie en los últimos 25 años. Se estima que 800 hectáreas de humedales han desaparecido en los últimos 10 años debido a la sequía y la sobre explotación.
Pero la zona sur no es la única que padece esta situación de la falta de agua, las principales pre – sas del estado, la Vicente Guerrero que abastece a Victoria, y la presa Falcón, están a niveles críticos.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), estas presas están al 15 por ciento y 8 por ciento de su capacidad respectivamente, lo que pone en riesgo el suministro de agua para consumo humano y actividades agrícolas. En cuanto a los ríos, el Bravo y San Juan han visto reducidos sus caudales a mínimos históricos, afectando no solo a los ecosistemas acuáticos, sino también a las comunidades que dependen de estos cuerpos de agua para sus actividades diarias.
Los sistemas como la Laguna Madre y los humedales de la región están casi secos lo que ha afectado a la biodiversidad local, incluyendo a especies de aves migratorias y peces que dependen de estos hábitats.
El 70 por ciento de la población rural de Tamaulipas depende directamente de la agricultura y la ganadería para su subsistencia, se calcula que 5 mil familias han sido afectadas por la escasez de agua en comunidades rurales en los últimos 5 años. Todo esto se ha reflejado en la producción agrícola, misma que ha disminuido en un 25 por ciento en los últimos 10 años debido a la falta de agua para riego. Por otra parte, se estima que 2,000 cabezas de ganado han muerto debido a la escasez de pasto y agua en los últimos 7 años. Además, las unidades de riego en el estado, cruciales para la agricultura, están operando a menos del 30 por ciento de su capacidad, lo que ha tenido un impacto devastador en la producción agrícola, especialmente en cultivos de maíz, sorgo y algodón.
El cambio climático se ve reflejado además en temperaturas elevadas, que tan solo en este año, han cobrado la vida de seis personas en Tamaulipas,todas ellas relacionadas a las olas de calor. Se proyecta que las temperaturas seguirán aumentando en 1.5 grados Celsius en los próximos 10 años, exacerbando la escasez de agua y los problemas ambientales. Se espera que la demanda de agua supere la oferta en un 60 por ciento en los próximos 15 años si no se toman medidas de conservación y gestión adecuadas
Actualmente, muchas comunidades están enfrentando escasez de agua potable, lo que agrava problemas de salud y saneamiento, además ciudades como Victoria, Reynosa y Matamoros están experimentando cortes de agua y restricciones, afectando la vida diaria de sus habitantes. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), ha pronosticado que las regiones semiáridas como Tamaulipas seguirán viendo un aumento en las temperaturas y una reducción en las precipitaciones, esto significa que la gestión sostenible del agua será crucial para el futuro del estado.
Laura González de Conagua, advierte que ya están implementando planes de emergencia, “como la construcción de nuevas infraestructuras de captación y almacenamiento de agua, pero necesitamos un esfuerzo conjunto de todos los sectores para manejar este recurso de manera más sostenible”. Entre las soluciones que han planteado los especialistas son programas de reforestación y protección de cuencas hidrográficas para mejorar la infiltración de agua y reducir la erosión del suelo.
Además de la implementación de tecnologías de riego más eficientes para reducir el desperdicio de agua en la agricultura, la construcción de plantas desalinizadoras en la costa y plantas de tratamiento de aguas residuales para reutilizar el agua en actividades agrícolas e industriales. Además de campañas de educación y concientización sobre el uso responsable del agua dirigidas a la población y a sectores específicos como la agricultura y la ganadería. “Solo a través de un enfoque integral que incluya la gestión sostenible del agua, la cooperación intersectorial y la implementación de tecnologías innovadoras, se podrá mitigar el impacto de esta crisis y asegurar un futuro sostenible para Tamaulipas y sus habitantes”.
CRISIS AMBIENTAL
Hay 14 acuíferos que almacenan agua derivada de lluvias o sistemas de corriente subterráneos y que ayudan al abastecimiento de la población desde el norte hasta el sur del Estado, los cuales sufren déficit ante la sequía que el noreste de la República registra en estos momentos
Uno de los más afectados es el acuífero VictoriaGüémez. Un artículo publicado y desarrollado por un grupo de investigadores y docentes de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), destacados de la Facultad de Ingeniería y Ciencias (FICS) expone que éste presenta un déficit de 28.768,000 m3 anuales; por tal motivo, no existe volumen disponible para otorgar nuevas concesiones para los usuarios, basados en el último estudio de disponibilidad media anual de agua subterránea (DMA).
El acuífero situado en la parte centro-occidente del Estado de Tamaulipas cubre una superficie de 2080 km2. Y de los kilómetros antes señalados, un total de 1580 km2 están en peligro de desaparecer si no se actúa de inmediato. “Los resultados obtenidos permitieron identificar que la vulnerabilidad más alta del acuífero se presenta en y alrededor de las manchas urbanas de mayor superficie, mientras que la más baja se da en las zonas con alta profundidad del nivel freático y baja permeabilidad en la zona vadosa.
Este estudio es el primer paso para generar una herramienta de gestión del agua subterránea en la que se establezcan las líneas de acción para administrar el agua del acuífero que se encuentra con déficit”.
RÍOS SIN AGUA
Los principales ríos de Tamaulipas presentan un gasto mínimo que ni siquiera llega a sus desembocaduras finales. El “gasto” es la cantidad de agua que pasa por la sección transversal de un conducto, cauce o canal en una unidad de tiempo, se mide en metros cúbicos por segundo (m3/s), también puede expresarse en litros por segundo, por minuto, etc. En el norte, la cuenca Río Bravo registra que por Nuevo Laredo corren solamente 95.80 m3/s, siendo el municipio en todo Tamaulipas donde su tramo de caudal tiene más agua. Por Camargo, Días Ordaz y Matamoros el gasto es de 29.90 m3/s; 5.16 m3/s y 4.16 m3 m/s respectivamente.
El año pasado, por estos corrían 32.33 m3/s; 35.42 m3/s y 9.94 m3/s en el mismo orden antes expuesto, lo que quiere decir, que se han secado entre un 10 a un 100 por ciento en los últimos 365 días.
Para la cuenca San Fernando-Soto la Marina, por donde se ubican o corren los ríos San Fernando (Conchos); Pilón; Purificación; Corona, así como el Arroyo Grande; el Río Soto la Marina y el San Rafael, para este año no existe registro de aforo, ya que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) no hay medición para calcular el agua que escurre en todos esos afluentes. Pero lo que si se dio a conocer, es que en esta misma fecha pero del 2023, por el Purificación de Padilla, solo tenía de gasto en su cause 0.2 m3/s, una cantidad nada significativa y que no alcanzaba a desembocar a la presa Vicente Guerrero, por lo que no ayudaba en nada a está última a recuperarse. A algunos kilómetros de ahí, por el Corona pasaban 0.1 metros cúbicos por segundo, también una cantidad sin importancia alguna que abonó en nada al rubro hidrológico de la región.
Este año, en los dos ríos antes señalados, se puede aseverar que hay menos cantidad de agua y las pruebas están en las imágenes captadas donde ya el agua no existe en cantidades como si se registraba en años pasados.
Por Perla Reséndez