A menos de 72 horas de que concluyan las campañas electorales y a cinco días de la elección presidencial, la ex candidata al gobierno del Estado de México, Alejandra Del Moral, renunció al PRI, dimisión que para muchos es el último clavo a al ataúd al partido político que hoy está en proceso de extinción.
Lo peor, para sumarse al proyecto de Claudia Sheinbaum.
Los otros clavos los incrustaron al féretro tricolor Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu y los exgobernadores Omar Fayad, Eruviel Ávila y Quirino Ordaz, entre muchas otras figuras políticas del priismo.
En ese contexto desesperanzador, el mensaje que Del Moral envió a lo que ha quedado del Revolucionario Institucional más que una renuncia parece una esquela de las exequias del otrora partido hegemónico que hoy, por segunda ocasión sin candidato presidencial propio, se encuentra al borde del colapso.
La noticia debe de haber sacudido no solamente al dirigente nacional Alejandro Moreno, que se ha ganado a pulso el mote de sepulturero del PRI, sino también los cimientos de la coalición opositora, ya que, contra lo que pensaban los artífices que le dieron vida, que el tricolor sería un fuerte pilar de la disputa del gobierno de la República, se está derrumbando.
Sin el PRI y con el membrete del PRD, la alianza Fuerza y Corazón por México llega a la elección presidencial más importante de la historia reciente con casi todo en contra, las preferencias y las apuestas electorales, un escenario adverso que la renuncia de Alejandra deja entrever una eventual catástrofe que los estrategas aliancistas no vieron venir.
A pesar de que podría arrastrarlos a todos.
Porque sí diez millones de los 19 millones de priistas que llevaron a Peña Nieto a la presidencia el 2012, solo nueve millones votaron por el primer candidato externo, José Antonio Meade, el 2018, ¿cuántos votarán por una candidata panista el 2 de junio? Todo indica que no llegará ni a la mitad.
EN UNAS HORAS LA VEDA
Dentro de 48 horas, mientras tanto, llegará a su fin el martirio causado a los telespectadores por el bombardeo de millones de spots y anuncios propagandísticos de las campañas electorales que a diario saturan todos los medios de comunicación que tanto molestan e incomodan a las amas de casa amantes de las telenovelas y otros programas familiares.
El último minuto de este 29 de mayo, iniciará la veda electoral de 72 horas dispuesta por la ley para que los ciudadanos reflexionen sin el ruido publicitario a cuáles de los candidatos a la presidencia de la República, gobernadores, el senado, diputados federales, locales y alcaldes favorecerá el domingo con el sufragio.
El escenario habrá quedado listo para que, como es costumbre, los votantes acudan en paz a las urnas a ejercer el derecho del sufragio y elijan, en un ambiente de fiesta cívica, a los próximos gobernantes del país.
Por. José Luis Hernández Chávez
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