Con un evento que se anticipa multitudinario, las candidatas de Morena a la Alcaldía y diputaciones locales de Tampico, Mónica Villarreal Anaya y Úrsula Salazar Mojica, así como la del Verde, Sabrina Morales, cerrarán este miércoles por la tarde sus campañas.
Durante 45 días, las abanderadas de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” realizaron recorridos prácticamente a diario, sin que las altas temperaturas y el ardiente sol las frenara. A veces juntas, en ocasiones individualmente, pero las tres formando un equipo que quiere efectivamente marcar un hito en el futuro de Tampico.
Es la primera ocasión que la coalición morenista-Verde postula a tres mujeres a las posiciones locales en disputa, aunque se enfrentan a una competencia muy dura porque el PAN ha dado resultados reconocidos nacionalmente en el gobierno municipal y no iniciaron como favoritas, Mónica, Úrsula y Sabrina quieren dar la sorpresa en las elecciones del domingo.
Las campañas no han estado exentas de un clima de rudeza, alentado principalmente por quienes escondidos en el anonimato de las redes sociales lanzan lodo y ensucian, soslayando que eso afecta a todos por igual.
En una ciudad y en una sociedad como la de Tampico, nadie queda a salvo de las acusaciones, muchas veces sin fundamento. Los protagonistas de cada elección anterior lo saben bien.
Con su cierre de campaña, Mónica quiere mostrar la fuerza del partido y el crecimiento que tuvo en estos 45 días en los niveles de aceptación ciudadana, así como la respuesta que le dio la gente a sus propuestas de trabajo para implementar en caso de ganar la elección del domingo.
Las propuestas de Mónica se centraron en cuatro grandes ejes, sobre los cuales alentó una participación de especialistas para tener una idea de qué es lo que debe hacerse con el apoyo de empresarios y sociedad civil en materia de bienestar, crecimiento económico, movilidad e inversión turística.
Aunque la fórmula de Morena-Verde la integran Mónica, Úrsula y Sabrina, es la regidora con licencia quien tomó la responsabilidad de salir a hacer la campaña, en una condición en la que desde el inicio se reconoció una fortaleza indudable del PAN por el trabajo realizado por Chucho Nader, de cuyo Cabildo formó parte la ahora candidata morenista a la Alcaldía y por el cual, sabe de los notables resultados.
Se estima que el cierre de campaña de las aspirantes morenistas reúna a una buena parte de la población que simpatiza con ese partido, a pesar del calor que se espera para este miércoles.
Los organizadores tienen todo listo para que la movilización funcione y el espacio reservado en el norte de la ciudad se llene.
Ya con el trabajo realizado en estos 45 días de campaña, con la estrategia de promoción del voto apoyada en varias estructuras y con la confianza en que los tampiqueños quieran experimentar un cambio en el estilo de gobierno municipal, Mónica bien puede decir que lo que estaba en sus manos ya se hizo.
En cuanto a Úrsula y Sabrina, las candidatas hicieron su parte, aunque para la joven candidata del Verde será su primera experiencia real. Tuvo que caminar por calles que de seguro ni conocía y darse cuenta de que no es lo mismo la promoción personal en redes sociales, que salir a conocer la forma de vida de cualquier ciudadano común.
¿Y Úrsula? Bueno, ella siguió cobrando su jugoso sueldo como diputada, no pidió licencia y aunque legalmente se puede, moralmente eso choca con los principios que ha presumido siempre su tío Andrés Manuel.
La batalla que le espera a Úrsula es más dura de lo que pensaba, pues prácticamente no hizo campaña y además, tiene encima la sombra de la desconfianza porque en el equipo morenista se sospecha que estuvo promoviendo el voto cruzado para perjudicar a Mónica. Eso se ha dicho sin que se haya comprobado, pero la desconfianza es real.
EL MORENISMO MÁS FUERTE
Altamira es uno de los pocos municipios en el estado que pueden presumir de que el morenismo es uno de los más fuertes de Tamaulipas.
Esta condición es algo que se entiende de manera ambivalente, porque para los seguidores de Andrés Manuel esto puede ser de lo mejor, pero para quienes piensan diferente es todo lo contrario. Así es la política.
Sin embargo, lo que se vio ayer por la tarde con la caminata encabezada por los candidatos a la Alcaldía, Armando Martínez; a las diputaciones locales Marcelo Abundiz y Cinthia Elizabeth Jaime, así como a la diputación federal Blanca Narro, fue una demostración de que efectivamente, el Altamira dominado por el radicalismo que emana del apasionamiento, es un municipio que sin duda se pintará de guinda otra vez.
Altamira es un municipio eminentemente rural, con una población dispersa en ejidos y comunidades que tienen años enfrentando un enorme rezago.
Aunque tiene el mayor asentamiento de la industria petroquímica del país, uno de los puertos más importantes y un presupuesto público mayor que el de Tampico, por ejemplo, el desarrollo es inequitativo.
También, la migración de miles de personas en años anteriores y todavía ahora, conforman una sociedad civil diferente a la de Tampico y Madero. El reto de satisfacer los servicios públicos es enorme.
Por eso, ver que en un municipio como Altamira salen miles de personas a caminar bajo un sol inclemente y temperaturas altas solo puede explicarse porque son gente convencida de que la opción política que han elegido es la correcta, según sus argumentos. Eso y la eficacia de las estructuras que tienen en el territorio los partidos encabezados por Morena, por supuesto.
La conclusión de las campañas de Armando, Marcelo, Blanca y Cinthia fue un ejemplo de cómo el morenismo puede tener bases sólidas de apoyo, si los programas sociales son operados con eficacia para lograr los objetivos.
Eso justamente explica por qué en el grupo de simpatizantes, muchos acudieron para mostrar su respaldo a Marcelio Abundiz, el candidato a diputado local por el distrito 18.
Marcelo fue el director regional de la Secretaría de Bienestar y tuvo a su cargo el seguimiento de la entrega de apoyos sociales por parte del gobierno estatal.
Su conocimiento del territorio, la experiencia en anteriores campañas y la supervisión de los comités de Bienestar desde que comenzó el gobierno de la Cuatroté, le dieron esa fortaleza que ahora puede resaltar en la campaña que terminó.
A la par con Armando, Marcelo hizo recorridos en los que la respuesta de la gente fue favorable.
Es, como decía anteriormente, parte del relevo generacional que naturalmente han surgido en los últimos años, especialmente alejado de los vínculos familiares tan tradicionales en Altamira, pero con una excelente relación con todas las cabezas de grupos políticos.
Por. Tomás Briones
abarloventotam@gmail.com