A lo largo de los tres meses que duró la campaña presidencial, las encuestas apenas se movieron.
De acuerdo a la encuesta de encuestas de Oraculus, que suma y promedia todos los estudios serios que se realizan y se registran ante el INE, Claudia Sheinbaum llega al Día D con un 56% de las preferencias electorales contra un 33% de Xóchitl Gálvez y un 12% de Jorge Álvarez Maynez.
Sobran motivos para cuestionar la efectividad de las encuestas -los resultados en las últimas elecciones locales, por ejemplo- y su aparente uso como herramienta de marketing político.
Pero ante la contundencia de las proyecciones, y la coincidencia de los resultados que arroja la inmensa mayoría, queda poco margen para las sorpresas el 2 de junio, sin importar el porcentaje de la población que finalmente salga a votar.
En los resultados de mayo recopilados por Oraculus, la diferencia más grande para Claudia es de 36 puntos en el caso de Demotecnia; y la menor es de 11 puntos en el caso de la encuestadora argentina Altica, que llegó a México con la medalla de haber pronosticado el triunfo de Javier Milei.
El promedio de la diferencia entre primer y segundo lugar es de 23 puntos.
En contraparte, hay un par de encuestas que sitúan mucho más cerrada la elección: la de Massive Caller, que de hecho le da un triunfo a Xóchitl dentro del margen de error, y la de México Elige, que pone cuatro puntos de ventaja a favor de la candidata de la 4T.
Sobra decir que estos dos estudios han sido tomados por el equipo de la alianza Fuerza y Corazón X México, y por sus partidarios, como referencia para denostar a todas las demás empresas, y denunciar una suerte de engaño colectivo, orquestado por Morena para desincentivar la participación ciudadana.
En este embrollo algo es seguro: los encuestadores estarán a prueba el 2 de junio y unos u otros van a salir muy mal parados ante la opinión pública.
Habrá que esperar a los resultados, pero en todo caso, cuesta creer que la unanimidad de las encuestadoras sea el resultado de una estrategia ejecutada tan finamente, o una suerte de delirio colectivo que disocia la realidad de lo que arrojan sus cifras.
¿Hay un voto oculto que se manifestará el domingo? Siempre lo hay y ésta vez no será la excepción, pero difícilmente sería de tal magnitud como para modificar las tendencias de manera significativa.
La mayoría de las empresas que han presentado encuestas en este proceso electoral presidencial participaron también en el 2018, en una elección similar: con un claro puntero que nunca redujo su diferencia sobre el segundo y el tercer lugar.
Parametría por ejemplo, cerró su medición con 53 puntos para López Obrador, 22 para Ricardo Anaya y 18 para José Antonio Meade, cifras similares a las que presentaron Reforma, Demotecnia y El Financiero.
El cómputo final resultó muy cercano a esa estimación: 53.19% para AMLO, 22.27% para Ricardo Anaya, y 16.4% para Meade.
Sin sorpresas.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES