De acuerdo con la Real Academia Española, el consumismo es: “Tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios”. Nuestra sociedad se ha vuelto una sociedad consumista, donde nuestra satisfacción personal muchas veces se basa en la adquisición de posesiones materiales sin mediar un análisis mínimo acerca del beneficio que nos acarreará.
De hecho, el consumismo es una muy irresponsable forma de vida, promueve el consumo sin tomar en cuenta la perdurabilidad de la sociedad ni por el daño ecológico que este modo de vida ocasiona, sino que promueve el frenesí de la compra y la acumulación.
El consumo de bienes como los refrescos embotellados que no solo no nos dan ningún beneficio, sino que afectan nuestra salud y al medio ambiente por el empaque utilizado, es un ejemplo de la cultura del consumismo en nuestra sociedad. El marketing desarrollado alrededor de estos artículos crea una gran motivación para que los consumamos sin pensar en las consecuencias.
Las técnicas utilizadas para atraer consumidores hacia productos y servicios ahora se emplean para captar votantes y ganar elecciones. Los candidatos políticos se presentan como marcas. Así como las marcas comerciales crean una identidad y una percepción en la mente del consumidor, los candidatos trabajan para crear una imagen pública positiva y resonante. Un factor muy importante en esta campaña de “consumismo político” son las redes sociales.
Las redes sociales han revolucionado la política, permitiendo a los candidatos comunicarse directamente con los votantes, sin intermediarios en aplicaciones como Twitter, Facebook e Instagram, los candidatos pueden interactuar respondiendo a preguntas y comentarios, y crear una sensación de cercanía y autenticidad, muchas veces sólo de apariencia. Esto incluye videos virales, y blogs.
El marketing de consumo apela a las emociones para crear una conexión con el producto. De manera similar, las campañas políticas utilizan publicidad emocional para generar una respuesta afectiva en los votantes. Tratando de crear una reacción favorable a los candidatos, sin importar tanto su propuesta, capacidad, ideas o historial en la política.
Los votantes somos ahora vistos como consumidores, y las campañas políticas se diseñan con la misma precisión y sofisticación que las campañas de marketing comercial. Álvarez Máynez, el candidato del “fut, las chelas y las trocas”, como lo definió Salvador Camarena, alcanzo un increíble 12% de preferencias electorales (alrededor de 12 millones de electores) a través de la canción interpretada por Yuawi y el músico Moy Barba. “Compuse Presidente Máynez en enero. ¡Hoy suena en tu mente!” escribió en una publicación de su página de Facebook Moy Barba, el compositor. Máynez no tiene la menor oportunidad de ganar, pero la pasa “cool” ha asistido a eventos como “P’al Norte 2024” a donde asistió con su compadre Samuel Garcia, al show del rapero Kendrik Lamar y otros lugares. No, no le preocupa no ganar, él sabe que su rol es otro. De esquirol.
El marketing en la política plantea preguntas importantes sobre la influencia de la información y la manipulación emocional de los votantes, a pesar de la necesidad que tiene el país de una ciudadanía crítica y bien informada. Vota el 2 de junio, pero que tu voto sea razonado, informado, no votes por la simpatía que te causó una cancioncita.