Ayer finalmente terminaron las campañas más intensas que se hayan vivido en Tamaulipas, no tanto por la actividad de los protagonistas o la calidad de sus propuestas, sino por la cantidad de candidatos que de alguna u otra manera entraron a la competencia.
El 2 de junio, los tamaulipecos tendrán en sus manos cinco boletas con las que elegirán a sus nuevos senadores, diputados federales, diputados locales, alcaldes y claro, a la nueva presidenta de la República.
Es decir, el 3 de junio el estado despertará con una nueva realidad política. La pregunta es qué tan similar o distinta será de la actual.
Este inédito despliegue proselitista deja para el registro algunas conclusiones:
1) Morena, el partido de más reciente creación en el país, está ante un parteaguas en su historia. Será la última vez que la figura de Andrés Manuel López Obrador influya de manera tan directa en sus resultados y en una campaña política.
A partir de ahora, para la 4T empieza una nueva etapa: la vida sin AMLO en la Presidencia.
2) En un abrir y cerrar de ojos, el PAN volvió a su histórica condición de segunda fuerza política. Salvo excepciones regionales muy puntuales, las campañas de Acción Nacional adolecieron del empuje del que gozaban apenas hace dos años, por obvias razones.
Es evidente que el fugaz paso del cabecismo por el poder estatal no sirvió para apuntalar al partido.
La elección 2024 confirmó la “balcanización” azul, con la consolidación de otros liderazgos que también serán puestos a prueba el 2 de junio.
3) Después de Morena y el PAN, hay una larga distancia con el resto de los partidos políticos.
Los satélites morenistas difícilmente podrán trascender esa condición, y Movimiento Ciudadano, aunque presentó candidatos con cierta solidez, batallará para superar los resultados que ya ha obtenido en el pasado.
El PRI confirmó su crisis política y de identidad, y el PRD seguirá sin registro oficial porque no alcanzará el 3% mínimo que exige la ley.
4) A pesar de su debacle, esta campaña sirvió para reiterar la hegemonía de los partidos políticos por sobre los esfuerzos ciudadanos para participar de manera directa en las elecciones.
Lejos quedaron los experimentos del pasado, apenas un puñado de independientes aparecerá en las boletas, pero una vez más -a reserva de ver los resultados- se habrá confirmado la máxima de que, desafortunadamente, las elecciones se ganan con dinero.
Por ello, a estas alturas hay una gran cantidad de candidatos cuya existencia seguirá siendo desconocida para los votantes.
5) Pese a todo, y a la pobreza que por momentos caracterizó al debate en la agenda pública, nunca como en la campaña que terminó ayer, se habían puesto sobre la mesa dos proyectos políticos tan claramente definidos.
El domingo los ciudadanos tendrán para elegir dos visiones de país.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES