Este domingo habrá elecciones en México y he estado escuchando las opiniones de muchos ciudadanos que irán a votar para elegir a las y los candidatos de su preferencia. He escuchado muchas opiniones a favor y en contra de los diferentes candidatos y aquí en esta columna escribiré ciertas conclusiones que trataré sean lo más objetivas posibles a mi manera de entender la realidad.
Primero tengo que plantear lo que yo pienso, para tomar un punto de partida de porque interpreto así las diferentes opiniones. Creo con firmeza que gane quien gane la presidencia de la república no habrá un cambio sustancial en la dirección del país en cuanto a los resultados medibles, aunque si cambiará mucho en el discurso.
Los programas sociales se quedan con los 3 candidatos, pueden quedarse igual o pueden ampliarse de acuerdo con las propuestas de los candidatos, sin embargo ¡no se eliminan! por lo que si eres beneficiario de algún programa no lo perderás votes por quien votes. Gane quien gane no creo que la democracia esté en riesgo, ni que nos convirtamos en Venezuela, es más se estima que entre 2025 y 2026 México se ubique como la décima economía más grande del mundo. En atracción de inversión extranjera y nacional, el crecimiento del PIB, empleo, reducción de pobreza, seguridad, salud, educación, recaudación de impuestos; no considero que habrá cambios sustanciales sea quien sea que gane. Obvio tienen discursos muy opuestos en todos estos temas, sin embargo, en los resultados no creo que habría cambios tan marcados en el país. Donde sí creo que habrá cambios sustanciales es en materia energética ya que las dos candidatas punteras plantean visiones distintas en cuanto al modelo de negocios de PEMEX y CFE y en cómo participa la iniciativa privada en el ámbito energético, por lo que en materia energética si considero que habría resultados diferentes a mediano y largo plazo, no tanto en el corto plazo.
Habiendo explicado de donde parto mi análisis sin entrar tanto en detalle porque habría que dedicarle un análisis a cada tema, considero que gane quien gane no debemos de apasionarnos tanto con la elección del domingo.
Si crees que si gana Claudia el país estará en llamas, está polarizado; si crees que si gana Xóchitl se arreglarán los problemas del país, estás polarizado; si crees que Máynez solamente es un esquirol estás polarizado; si crees que la democracia está en riesgo, estás polarizado; si crees que cualquiera de las candidatas es la buena y la otra es la mala, estás polarizado. En fin, este domingo 2 de junio ve a votar por quien tú quieras, y el lunes 3 de junio sigue tu vida independientemente de los resultados. Considero que la política no se puede asociar con la verdad y con el bien, la política siempre es cuestión de poder. Si uno cree que su propuesta política es la que mejor representa el bien, su contraparte también dirá lo mismo por lo que no es cuestión de verdad, es cuestión de poder.
POR MARIO FLORES PEDRAZA