CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Hoy inicia oficialmente la temporada de ciclones y huracanes 2024 en el Océano Atlántico, por lo que el Golfo de México será lugar para desarrollar o mantener sistemas tropicales que puedan evolucionar a eventos hidrometeorológicos de pequeña a gran escala.
En dicho océano se detalla que la actividad ciclónica sea de hasta un 75 por ciento por encima de lo normal, previendo la formación de 24 eventos entre tormentas y huracanes de diferentes categorías, donde posiblemente uno de todos estos, o más, lleguen a afectar a Tamaulipas pero hasta después de julio según los estudios científicos.
Especialistas de Estados Unidos advierten de hecho, que esta sería la temporada más activa desde que se tenga registro.
En Tamaulipas, existe expectativa pues ante la crisis hídrica que se vive, las lluvias generadas por un ciclón serían muy benéficas para la región.
Actualmente no existe amenaza todavía para las costas de este de la República aunque ya se detectó la formación de una robusta onda tropical en los mares de África, donde estos eventos nacen.
Sin embargo, detalla el meteorólogo puertorriqueño Ruben García, quien administra el portal informativo “Huracán Info-México” que “no es hasta julio en donde típicamente las condiciones van tornándose favorables para desarrollo”.
Y agrega que “lo que sí nos sorprende es que las ondas están saliendo bastantes fuertes de África. Esto probablemente nos da una idea de lo activo que se puede tornar esta zona para el pico de la temporada”.
De igual modo, quien pronostica una temporada de lluvias intensas y la mayor actividad ciclónica del Atlántico en el mes de julio, es la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, siglas en inglés).
Esta, detalla que serán los meses de julio, agosto y septiembre, cuando las lluvias pudieran registrarse por arriba de lo normal en la cuenca del golfo de México, y es el lapso donde se pudiera presentar un fenómeno hidro-meteorológico de gran intensidad que beneficie a Tamaulipas hidrológicamente hablando.
Lo anterior debido a la llegada de “La Niña”, fenómeno que traerá un cambio importante en el clima y que se espera este tenga sus mayores efectos en verano.
Y es que a finales de la primavera (mediados de junio), es cuando el actual fenómeno de “El Niño” entre en fase neutral y su contraparte empiece a ganar terreno con los efectos que se pronostican sean positivos en cuanto a precipitaciones para nuestra entidad.
“La NOAA estima que es probable que se produzca la transición a fase Neutral a finales de la primavera y que La Niña se desarrolle durante el verano, manteniéndose para lo que resta del 2024. Trayendo un cambio en la circulación atmosférica.
“Modelos continúan mostrando lluvias superiores a lo normal en el Golfo de México, Mar Caribe y la MDR en el Atlántico durante julio, agosto y septiembre. Asociado a una probable mayor actividad tropical con una tendencia a desplazarse más hacia el Oeste”.
11 años sin huracanes
Si se cumplen los pronósticos de esta temporada, se acabaría con una racha de 11 años consecutivos de nulos efectos pluviales producidos por huracanes en Tamaulipas.
Aunque sí se han formado huracanes en el Atlántico, en el Caribe y el Golfo de México, estos no han tocado tierra tamaulipeca desde el 2013, cuando el Huracán Ingrid azotó el Estado afectando 27 municipios en total y dejando grandes cantidades de agua en presas y ríos.
Los impactos de huracanes más recientes en Tamaulipas fueron la década pasada.
En el 2008, Dolly causó estragos sobre la frontera, siendo Matamoros y Reynosa los municipios de donde más de 20 mil personas tuvieron que ser evacuadas.
Otro huracán recordado, y quizá el último de gran fuerza para la región noreste, fue el Alex, pues aquel 2010 en los últimos días de junio este fenómeno destrozó parte de Tamaulipas y de Nuevo León, dejando pérdidas económicas de hasta 94 millones de pesos.
Por ultimo, en el 2013, el huracán Ingrid piso territorio tamaulipeco dejando algunos daños en la infraestructura de municipios del centro, pero de mucho beneficio para ríos y presas, siendo este, el último año que Tamaulipas veía grandes cantidades de agua en sus afluentes y embalses.
Por Antonio H. Mandujano
Expreso-La Razón