Los resultados de las elecciones local y federales del domingo en Tamaulipas, refrendan el vuelo que está tomando la Cuatroté para afianzarse como nuevo modelo de gobierno en la entidad.
Con un año y ocho meses al frente de la administración estatal, Américo Villarreal Anaya empieza a cosechar los beneficios del esfuerzo político realizado desde el inicio, para desmontar el aparato y las fuentes de poder del cabecismo, así como sentar las bases de un proyecto que mira al largo plazo.
De acuerdo con las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares del Instituto Nacional Electoral (INE), Morena ganó en casi todos los distritos, pues solamente perdió el 8 que abarca Tampico y Ciudad Madero, ante el Alcalde porteño con licencia, Chucho Nader, convertido ahora en la principal figura del panismo tamaulipeco.
El resto de las demarcaciones fueron ganadas por las y los candidatos de la coalición de Morena, Verde y PT, lo que representa un éxito y una prueba de la fuerza política que el equipo de Villarreal Anaya empieza a mostrar ahora que se va deshaciendo de los lastres cabecistas.
En la elección federal, la senaduría fue obtenida por la dupla Olga Sosa y José Ramón “Jota Erre” Gómez Leal, aunque la idea de conseguir también la de primera minoría a través del Verde con Eugenio “El Geño” Hernández Flores no se pudo concretar.
“El Geño” Hernández Flores jamás pudo levantar su campaña, a pesar del enorme gasto publicitario, en redes sociales y en otros rubros, como el documental en el que cuentan su historia de tal manera, que quienes no lo conozcan creerían que estaban ante la imagen de un santo. En resumen, el expresidiario ni siquiera llegó a acercarse a la fórmula del PAN-PRI, Imelda Sanmiguel y Arturo Núñez.
Sin embargo, la pobre votación obtenida por “El Geño” y su fracaso como propuesta electoral del Verde no se puede endosar al poder morenista local, pues esa decisión de enviarlo como candidato se tomó en el ámbito nacional.
Por cuanto hace a la elección para la Presidencia de la República, las cuentas entregadas por Américo y el equipo morenista en la entidad indican que se cumplió el compromiso de promover el voto a su favor y de sacar adelante la candidatura de Claudia Sheinbaum.
La estrategia liderada por el gobernador Américo Villarreal Anaya en Tamaulipas materializó el contundente triunfo de la Cuatroté en la entidad. Además, se ratificó que Villarreal es el líder del movimiento en el estado, al tener el control absoluto del poder tras la votación.
Sin embargo, lo más relevante ocurrió el 2 de junio de 2024: por primera vez, una mujer ganó la presidencia de la República. Claudia, al asumir el gobierno federal, tendrá las herramientas necesarias para profundizar los cambios en el estilo de conducir al país.
Los números dicen claramente que los tamaulipecos votaron sin titubeos por Sheinbaum, rechazando que las medidas de coacción y las amenazas tuvieran éxito.
EL NUEVO CONGRESO, ALIADO DE AMÉRICO
Los resultados de la elección local para renovar el Congreso de Tamaulipas y los 43 Ayuntamientos también demostró la fuerza que ha tomado en este año y 8 meses la Cuatroté con Américo al frente.
La conformación de la nueva Legislatura permite anticipar que ahora sí será una aliada, dentro de los límites de la separación de poderes y de la colaboración institucional para sacar adelante leyes e iniciativas que buscan el beneficio de la población.
Para Américo era fundamental dejar claro que Morena se convirtió en la primera fuerza política en la entidad entregando buenas cuentas a Sheinbaum en su elección presidencial, en la de diputados y de senadores.
Sin embargo, para Villarreal Anaya era decisivo obtener la mayoría calificada en el Legislativo local, a fin de evitar el riesgo de ser nuevamente sujeto de presiones por parte de quienes en el Congreso saliente nulificaron a la bancada guinda.
Buena parte de los diputados actuales ya se van, pues no pudieron reelegirse o dejan su lugar a nuevos integrantes.
Los resultados confirman la mayoría de los distritos para Morena y sus aliados en casi todos los distritos, pues salvo el 2 de Nuevo Laredo y el 22 de Tampico que ganó el PAN, el oficialismo se llevó todo.
El contundente triunfo de Morena en Tamaulipas durante las elecciones del pasado domingo ha consolidado su posición en el escenario político y deja constancia de que Américo está listo para imprimirle mayor velocidad a los cambios que empezaron a finales de 2022.
El partido ganó la mayoría de las curules para la próxima Legislatura local y también se impuso en buena parte de los 43 municipios, entre ellos Tampico.
Este resultado fortalece el liderazgo de Américo Villarreal y envía mensajes para quienes, dentro del mismo partido, han pensado en querer proyectarse a un futuro todavía muy lejano pensando en intereses de grupo.
La ciudadanía tamaulipeca demostró con sus votos que respalda los gobiernos de Morena y rechaza a los partidos tradicionales, como el PAN y el PRI, mientras que a otros como el PRD loa ha reducido a meros membretes, casi al nivel del PT y del Verde, que no saben ir solos a una elección.
El voto masivo a favor de las candidaturas de Morena y sus aliados representa un triunfo político para el gobierno de Villarreal Anaya, porque con este aplastante triunfo, Morena tendrá el control del Congreso del Estado y la mayoría de los municipios. Esto permitirá aprobar reformas constitucionales necesarias para consolidar la alternancia gubernamental en 2022.
ESCOTILLA
A los únicos que sorprendió el que Eugenio “El Geño” Hernández Flores quedara en un lejano tercer lugar de la contienda por el Senado, es a quienes compraron su historia de presunta víctima y de un presunto liderazgo que estaba de vuelta.
Los números fríos golpearon el rostro de todos aquellos exalcaldes y exdiputados priístas que apoyaron en esta elección a Hernández Flores y el Verde, pero que antes estuvieron con el PRI, luego con el PAN y no tardan en arrimarse a Morena.
“El Geño” jamás logró acercarse siquiera al segundo lugar, pero los únicos que ganaron fueron quienes les vendieron las encuestas fantasma donde lo daban casi como puntero.
Por. Tomás Briones
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