Padres de familia protestaron en contra de un colegio, por impedir que un menor trans participe en el baile de graduación de secundaria.
El afectado cuenta con 15 años y aunque biológicamente es mujer, se identifica como hombre, recibiendo en todo momento el apoyo de sus familiares y amigos.
Daniela Figueroa Hernández, madre del menor, dio a conocer que la directora del plantel le manifestó que su hijo no podía participar en el baile ya que había reglas que se tienen qué seguir.
Ante ello, la mañana del jueves se plantaron afuera del colegio Ebenezer, mostrando su inconformidad a través de pancartas en las que rechazaban lo que consideraron como un acto de discriminación y de transfobia.
«Mi hijo se identifica como hombre, es un chico trans y en la escuela no están permitiendo que participe en su baile de graduación porque no es correcto que una niña baile con otra niña, hay muchos papás que no tienen ningún problema con que esto pase porque nada más es un baile, tuve una junta con la directora 3 horas estuvimos hablando, no se llegó a ningún acuerdo porque no es institucionalmente correcto que esto suceda, estamos viviendo en otras épocas, tenemos que ser más abiertos a nuevos temas porque esto no va a parar», explicó.
«Nada más estoy pidiendo que mi hijo pueda bailar su vals, es un vals de graduación, me dice la directora son 5 minutos nada más señora, no pasa nada pero para mi hijo lo significan todo, nada más pido empatía, tuvieron un ensayo y permitieron que mi hijo bailara, que tuviera su pareja, porqué no dijo nada la directora, me hubiera dicho no desde el principio», comentó.
Aclaró que el colegio no va a hacerse cargo de los gastos de la graduación porque serán los papás quienes van a pagarla.
Dijo que su hijo estaba contento al principio porque iba a participar en el baile pero tras las negativa lo invadió la tristeza y lloró al saber que no le permitirían hacerlo.
Dio a conocer que presentó una queja ante derechos humano porque se está cometiendo un acto de discriminación y de transfobia en contra de su hijo.
Benigno Solís/La Razón