Mientras que el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, busca culpables y pretextos para justificar la derrota, la excandidata presidencial, Xóchitl Gálvez, sigue tan dispersa y contradictoria como a lo largo de la campaña electoral.
Esta semana llamó a los ciudadanos a apoyar a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, luego pidió la anulación del proceso electoral, al mismo tiempo anunció que recorrerá el país para limpiar su nombre, días después se pronunció a favor de la reforma judicial y más tarde exhibió los arrebatos y exabruptos del jerarca albiazul.
A través de su cuenta X la senadora informó que tras de que concluyera el cómputo de la elección, “me dijeron que habíamos ganado Veracruz, ciudad de México, Puebla, Yucatán, Guanajuato y Morelos” y que salió a decirlo a pesar de que minutos después comprobó que era falso.
Confirmó, asimismo que, como señalara su coordinador, Max Cortázar, Marko Cortés es grosero e insensible, le grito por su mal desempeño en el tercer debate y enfureció también porque sin consultarle le hablo a Claudia para felicitarla y desearle éxito en su mandato constitucional.
Contra lo que muchos pensaban, además, la hidalguense afirmó que está a favor de la reforma del poder judicial planteada por AMLO.
Sheinbaum, añadió, “tiene la intención de escuchar a la oposición, podemos construir una propuesta realmente positiva”, que cumpla con lo que dispone la constitución para generar una mejor justicia…que no es pronta ni expedita… pero sin rencor, odio ni polarización.
Revisando, por otra parte, los números finales de la elección presidencial se deduce que Xóchitl no aportó nada o casi nada en término de sufragios a la coalición del frente opositor.
En la contienda electoral de 2012, que gano Peña Nieto con 19 millones de votos, el PAN obtuvo 12 millones y el PRD 14 millones. En la de 2018, sin embargo, el PRI perdió diez millones, solo consiguió nueve millones de boletas, en tanto que Acción Nacional conservó los doce millones de la contienda anterior y, como se sabe, Morena llevó a la presidencia a López Obrador con 30 millones de sufragios.
En el 2024, el PRI siguió en picada, perdió otros tres millones de seguidores, de los nueve de 2018, logró el respaldo de 6 millones. Como el tricolor, el PAN perdió también 3 millones de simpatizantes, de los doce que lo apoyaron seis años atrás, el número se redujo a 9 millones y el PRD, que perdió el registro, apenas rebasó el millón de boletas.
En total en número redond0s los partidos políticos aportaron juntos a la lucha de la coalición Fuerza y Corazón por México 16 millones de sufragios, pero ¿y la candidata presidencial? Aparentemente no aportó nada.
Los análisis coinciden en que el PRI perdió tres millones porque los priistas no votaron por una candidata del PAN y algo similar ocurrió entre los panistas, no votaron por Gálvez Ruiz, entre otras razones, porque es partidaria del aborto, los matrimonios igualitarios y, según dicen los de Tampico, también debido a que es majadera, vulgar e impreparada.
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