Tres semanas después de la jornada electoral, el único cabo suelto y que pudiera generar discusión más allá de lo que termine por definir el Instituto Electoral de Tamaulipas, será el reparto de las diputaciones plurinominales para la Legislatura 66.
Ante al debacle electoral que sufrieron el 2 de junio, Acción Nacional buscará rescatar cuantas posiciones les sean posibles.
Por el momento, solo tiene una de mayoría, la que asumirá Pepe Schekaibán y si se aplican las fórmulas que indica la ley electoral, podría aspirar a cinco o seis de representación plurinimonimal, que acaso le servirían para hacer más o menos ruido en tribuna, pero difícilmente para plantar cara en las votaciones.
Más allá de eso, el clima postelectoral actual es muy distinto al
de los últimos procesos en Tamaulipas.
En la elección del 2022, para no ir tan lejos, a pesar de la contundente victoria de Américo Villarreal Anaya en las urnas, el empecinamiento del entonces gobernador y de su partido, detonaron un largo proceso litigioso que no terminó sino hasta el 28 de septiembre, tres días antes de la toma de posesión, cuando los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación validaron el triunfo.
De manera unánime desecharon la impugnación presentada por Acción Nacional, que acusaba diversas vulneraciones al proceso, y con ello pretendían que se repitiera la elección. Un delirio.
Un año antes, en el 2021, en la elección de los ayuntamientos también hubo casos que llegaron hasta esas instancias, debido -una vez más- a la insistencia del panismo en pelear en los tribunales elecciones que habían perdido, sin lugar a dudas.
Como la de Nuevo Laredo, donde Yahleel Abdala pretendía también que se revirtieran los resultados que habían favorecido a Carmen Lilia Canturosas.
La situación tras la elección del 2024 es muy distinta.
Aunque se han presentado algunas impugnaciones, se trata más bien de recursos interpuestos para cumplir con el manual electoral, sin la más mínima esperanza de prosperar.
Es evidente: a tres semanas de las votaciones, no hay ni un solo resultado que esté en duda, y eso se debe en parte a la apabullante ventaja que obtuvo la coalición Sigamos haciendo historia, sobre la coalición del PRI y el PAN.
Además de ello, hay que decir que el clima político en los últimos años se había enrarecido por la actitud de la anterior administración estatal que buscaba arrebatar con litigios lo que no había ganado en las urnas.
Y eso incluía la presión ejercida sobre los tribunales electorales.
Para no ir tan lejos, vale la pena recordar que en la resolución de la Sala Superior el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la magistrada Janine Otalora, denunció la filtración del proyecto de sentencia que anulaba la candidatura de Francisco García Cabeza de Vaca, misma que sirvió para que sus representantes intentaran influir en la decisión final.
Como puede verse, los tiempos cambian, dice una máxima que en la política tamaulipeca hoy se aplica a rajatabla.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES