El retiro casi total de la arena pública de los comentaristas, politólogos e intelectuales de la derecha opositora ha generado una ausencia perceptible en el análisis de los temas políticos, parece ser que si no pueden hablar mal del gobierno prefieren no hablar, pero en la realidad hay temas que analizar que son muy relevantes para los ciudadanos ya que, una vez que se ha definido quién habrá de conducir al gobierno de México, lo importante ahora es entender hacia dónde se dirige el país.
El pasado primero de marzo la candidata Claudia Sheinbaum definió como su principal oferta política la continuidad de las acciones realizadas durante el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, para construir lo que ella denominó el Segundo Piso de la transformación de la vida pública de México. Quizá esa haya sido la propuesta política de mayor riesgo, por todos los ataques recibidos durante seis años por AMLO y su forma de gobernar y las criticas que se hicieron a sus políticas públicas, particularmente a los llamados programas sociales.
No obstante eso, la candidata enunció en el Zócalo de la Ciudad de México, frente a cientos de miles de seguidores, los 100 pasos que seguiría en caso de ganar la presidencia para construir el segundo piso de la cuarta transformación, presentó también un Proyecto de Nación y un documento con su oferta de Plan Nacional de Desarrollo 2024-2030 obtenido de los Diálogos para la Transformación que se habían realizado desde enero del 2024.
Esto adquiere mayor importancia hoy, habiendo sido electa Claudia Sheinbaum Presidenta de México, porque aquello que presentó como su oferta política hoy es la hoja de ruta de planes, programas y acciones que llevará a cabo su gobierno desde el primero de octubre. Eso fue lo que ofreció hacer y esa fue una de las razones por las que obtuvo la mayor votación en la historia electoral de México.
Cabe destacar qué más allá de los programas sociales, criticados por la derecha opositora y alabados por los seguidores de AMLO y Claudia Sheinbaum, su proyecto de Plan de Desarrollo se refiere a todos los ámbitos de la vida nacional, organizados metodológicamente por el tipo de funciones que realizan las diversas secretarías de estado que integran el gobierno que conducirá la primera Presidenta de México.
En primer término aparece la economía, la disciplina fiscal y financiera que abarca los buenos resultados macroeconómicos y la reducción de la pobreza; el desarrollo con bienestar y perspectiva regional, que se refiere a la infraestructura para el desarrollo y la innovación pública; los derechos sociales, el bienestar y la reducción de la desigualdad, que incluye el derecho al trabajo, a la salud, los derechos de las mujeres, de los pueblos indígenas y afroamericanos; la soberanía energética para el desarrollo sostenible.
También están incluidos en el documento, el desarrollo rural y la soberanía alimentaria; el medio ambiente, el tema del agua y los recursos naturales; gobierno, paz, seguridad y justicia, que incluye las Reformas del Poder Judicial y del INE; la política exterior; la educación, la ciencia y la cultura, incluyendo la educación básica, la media superior y la superior; el fortalecimiento de la democracia, incluyendo la lucha para erradicar la corrupción y tener un gobierno honesto.
Para los que especulan sobre la continuación de Lopez Obrador en el poder y la supuesta subordinación de la Presidenta a un imaginario mandato extendido, y también para los que están esperando un enérgico deslinde de la Presidenta, es importante conocer este documento detallado y sus alcances, porque su lectura no deja ninguna duda de las coincidencias del nuevo sexenio con el que está terminando y de las notables diferencias que habrá entre uno y otro, sin necesidad de rupturas ni manotazos en la mesa.
Otro factor que ayudará a entender que la continuidad será de las políticas publicas y no de la política y los políticos, será la revisión de la integración del nuevo gabinete presidencial. Los seis perfiles presentados hasta ahora convergen en su sólida preparación profesional, amplia experiencia en el servicio público y pleno conocimiento de las áreas que estarán bajo su responsabilidad. Todos tienen una trayectoria política por sus propios méritos y no por pertenecer a algún grupo dentro de movimiento del que todos forman parte.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ