LO CLARO. La educación debe evolucionar con su entorno.
Así lo entiende la Máxima Casa de Estudios de nuestra entidad. Anuncia la Universidad Autónoma de Tamaulipas que desprendido del minucioso Plan de Desarrollo Institucional 2024-2028 presentado por su rector a la comunidad estudiantil, profesorado y sociedad en general, desprende la ambiciosa propuesta de crecimiento integral para este ciclo y que considera una inversión sin precedentes en términos de infraestructura, modernización y equipamiento de todas sus áreas.
La tendencia según ese detallado estudio, considera la aplicación sin cortapisas del uso de tecnologías y adecuación de espacios inclusivos donde se requiera, más la inversión en construcción de espacios abiertos que ponen a la Universidad en la vanguardia y con la comodidad necesaria para que el alumnado se enfoque en la competitividad gracias a la ergonomía y la adaptabilidad al crecimiento que le obliga el mercado global.
Bien por la comunidad universitaria.
LO OSCURO. En nuestro hermoso mosaico cultural llamado México, una de las actividades económicas ‘subterráneas’ (no consideradas en el factor de impulso al desarrollo, pese a su importancia) es el servicio de apoyo doméstico. Quienes conviven a diario en nuestros hogares y que significan algo así como 2.5 millones de empleos en el vasto territorio nacional.
A razón de aproximadamente $7,000 pesos mensuales de sueldo (datos INEGI) contribuyen al gasto del país con $17’500,000,000.00 por año. Lo que significa el recurso adjudicado a un estado pequeño de la nación.
El sector primario –igualmente con poco estímulo a ser considerado como factor de relevancia- aglutina a no menos de 6.5 millones de mexicanos entre 5.4 campesinos agricultores, 900,000 ganaderos y 150 mil pescadores.
Ganan un similar salario y esa bolsa conjunta representa en números $45’500,000,000.00 pesos. Una destacable cantidad que alimenta y da sustento a esos millones de hogares.
32 millones de connacionales se encuentran vinculados directamente a la economía informal. Venta por catálogo, dependientes mercaderes, ayudantes de estilistas, de vulcanizadores, asesores, taqueros y tantas actividades que realizamos de diario y que no se encuentran inscritas en el comercio formal.
Que no pagan impuestos –por no convenir al patrón- ni generan garantías sociales como IMSS o INFONAVIT.
Este sector es el mayormente demandado en el engranaje del desarrollo del país y en promedio perciben $6,000 pesos mensuales.
Le significan un movimiento de riqueza al engranaje productivo de $192’000,000,000.00 por año.
Hay más renglones, pero basten los ejemplos para llamar la atención al departamento que corresponda.
¿Por qué traer a colación un tema ‘tan doloroso’ como lo es el espectro contribuyente en lo que significa el aportar impuestos al gasto público?
Los anterior mencionados son apenas un atisbo de la derrama inmersa de personas, sectores, figuras que NO APORTAN recursos vía impuestos al erario, que es el único medio por el cual se recaudan fondos que se convierten en salud, educación, seguridad, servicios primarios, infraestructura pública que demandamos TODOS.
Si ya empezamos con las modificaciones arcaicas que mantienen ‘secuestrado’ al poder judicial (uno de los tres garantes que nos permiten la gobernabilidad y el estado de derecho), ¿por qué no tomar la verdadera razón de la pobreza recaudatoria?
Hoy por hoy, la enorme carga impositiva que recae en obligaciones fiscales para los contribuyentes fiscales, hace la gran diferencia en el desincentivo a cumplir con el mandato gubernamental en aras de mantener un mercado nacional e internacional competitivo.
Es uno de los principales factores de la gran brecha existente en desigualdad social y, por ende, la enorme pobreza imperante.
Ampliar la base tributaria; mayor eficiencia recaudatoria (combate frontal a la evasión fiscal). Una obligada simplificación fiscal que permita brincar los obstáculos para que dejemos de ‘temer al fisco’. Considerar el verdadero uso amigable de la tecnología para hacer simple y sencillo el que TODOS participemos de esa estrategia de contribución; bajar las tasas impositivas para equilibrar las cargas cuando logremos hacer más grande el espectro de contribuyentes; eliminar impuestos repetitivos; observar con la mano de un real gobierno, la desaparición del comercio informal para convertirles al conglomerado de los que sí pagamos son algunas de las miles de estrategias que permitirían entonces sí, transitar del México que hoy conocemos al Dinamarca que siempre hemos anhelado.
No estaríamos en desacuerdo –como no lo hicimos cuando se aumentó el salario mínimo en el país- a que se establezcan límites aceptables de aumento a su ingreso (quienes no contribuyen) para que se incorporen a la base fiscal que aporte. Y que en ese mismo camino, reduzca la enorme carga a los ya contribuyentes cautivos.
Los cubanos, “dicen los que saben” que incluso actividades económicas como el cambio económico de dinero por ‘deleite corporal’ de las bellezas de aquél país, es un comercio aprobado por el ente regulador que gobierna.
Y sería entendible desde el punto de vista que la clientela de ese sector demanda seguridad jurídica y física para transitar por las ciudades, servicios públicos dignos para asistir ‘a consumir de esos placeres’ y todas las amenidades que debe proporcionar un gobierno a sus pobladores. Claro entonces, que es menester que aporten su parte proporcional de lo ganado con el sudor…
COLOFÓN: En nuestro país, 2.5 millones de mexicanos son políticos; a diferencia del espectro económico cubano mencionado, estos… son exentos.
Quiere usted calles de primera y en cambio contamos con uber y didi que no pagan lo que les corresponde (IMSS, Infonavit, etc).
¡Piso parejo!
Por Alejandro de Anda
alejandrodeanda@hotmail.com
@deandaalejandro