Crece la oposición de militancia distinguida contra las intenciones reeleccionistas de Alejandro Moreno Cárdenas en la dirigencia del PRI y, sin embargo, hasta la hora de escribir esta columneja parecía no existir quien lo evitara. (Salvo, por supuesto, un hecho extraordinario). El primer paso fue la urgente convocatoria para la realización de la asamblea nacional que este domingo debió aprobar reformas a los estatutos a fin de que “alito” logre su objetivo.
Dicese del campechano que pretende permanecer en el cargo ocho años más a pesar de que el periodo para el que fue electo finalizó en agosto del 23, aunque mediante ciertas trampas convenció para que lo dejaran hasta agosto del 24 “pá vigilar” las elecciones donde como sabemos, al tricolor le dieron por arriba, abajo y sobre todo por la retaguardia y ni las manos metió, salvo para recibir las generosas “prerrogativas” provenientes del erario, sea de los impuestos que pagamos todos para que bien vivan los políticos aventureros, ladrones y “gandallas” que padecemos. Y ni modo que sea invento.
Lo cierto es que el “alito” mentado, (por las mentadas que recibe), Está dispuesto a sacrificarse ocho años más “para trabajar” la candidatura presidencial. ¡Haga usted el recabrón favor!. En este sentido es indudable que el sujeto de marras padece serios problemas mentales que lo ubican fuera de la realidad. “¡En qué cabeza cabe!”, como decía mi sagrada abue, a la que seguramente el Creador ha de tener a su diestra cual consejera de asuntos graves.
Priistas destacados como Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Dulce María Sauri, entre otros (as), coinciden en que la intención de Moreno Cárdenas significa la desaparición de su partido y no les falta razón, aunque viéndolo bien y despacio tal organización comenzó a morir desde que el neoliberalismo tomó las riendas del país. Recordad los esfuerzos del grupo encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas en el 88 para sanear los vicios internos cobijados por el manto de supuesta democracia. Ahí mero donde también participaron Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y de alguna forma Andrés Manuel López Obrador.
En aquellos días la candidatura recayó en Carlos Salinas de Gortari por lo que la llamada Corriente Democrática abandonó al PRI creándose un frente con diversos partidos que postuló al hijo de “tata Lázaro”. Después vino la famosa “caída del sistema” justo cuando Cuauhtémoc aventajaba con unos diez puntos al abanderado oficial.
De manera que la historia del tricolor es bien conocida pero nunca había registrado tamaña ambición de un dirigente. Es el caso de Alejandro Moreno Cárdenas que parece dispuesto a acreditarse el título de sepulturero del PRI…allá él y su mala cabeza.
SUCEDE QUE
Son los tiempos de Américo Villarreal Anaya, que no se extrañe entonces cambios en cargos clave donde algunos(as) tuvieron oportunidad de colaborar con eficacia y lealtad. Además, seriamente se cumplieron compromisos políticos lo cual fortalece al gobernador y desde luego a Tamaulipas.
Y hasta la próxima
POR MAX ÁVILA