ESTADOS UNIDOS.- Luego del atentado que sufrió Donald Trump ayer por la tarde durante un mitin en Pensilvania, más detalles sobre el tirador que intentó asesinarlo y que fue abatido por integrantes del servicio secreto de Estados Unidos siguen saliendo a la luz.
De acuerdo con medios estadounidenses, Thomas Mathew Crooks, de 20 años, sufría bullying y frecuentaba un club de tiro en su localidad de Bethel Park, de acuerdo con el testimonio de personas que lo conocieron.
“Le hacían bullying casi todos los días, era solo un marginado, y ya saben cómo son los niños hoy en día”, dijo Jason Kohler, a los periodistas, un joven que coincidió con Crooks en la escuela y se acercó junto a un amigo al perímetro de seguridad montado frente e la casa del tirador.
El compañero de clase también proporcionó al medio dos fotos de Crooks que fueron tomadas durante sus años de escuela secundaria, incluida una que mostraba al futuro asesino sentado en un escritorio con una sudadera de Bethel Park.
El joven explicó, demás que su hermano había visto a Crooks en el club de tiro de la ciudad, sin embargo, no dio más detalles al respecto, o sobre si serían cercanos a él.
“Nunca habló abiertamente sobre sus opiniones políticas o cuánto odiaba a Trump ni nada”, dijo otra graduada de Bethel Park High, Sarah D’Angelo, a The Wall Street Journal.
Crooks tenía “algunos amigos”, pero “no tenía un grupo de amigos completo”, recordó D’Angelo, y agregó que lo recordaba jugando videojuegos en su computadora portátil durante el período de clase en la escuela.
El joven, no apareció en el anuario de 2022 de Bethel Park High School, pero un video lo mostró caminando por el escenario para aceptar su diploma durante la graduación de ese año. También recibió un premio Estrella de la Iniciativa Nacional de Matemáticas y Ciencias de $500 durante su año de graduación.
De acuerdo con el Daily Mail, Crooks era asistente nutricional en el Centro de Rehabilitación y Enfermería Especializada Bethel Park, donde proporcionaba alimentos y cuidados a ancianos y enfermos post hospitalizados.
Su empleador confirmó el domingo que no tenía antecedentes penales y que “realizó su trabajo sin preocupaciones” antes de intentar matar a Trump.
El padre de Crooks, Matthew Crooks, se negó a hablar con CNN el sábado por la noche y dijo que necesitaba averiguar “qué diablos está pasando”, mientras que su tío, Mark Crooks, dijo que tenía mucho tiempo que no frecuentaba al joven ni a sus padres, a quienes describió como “muy privados”.
“No he visto a esa parte de mi familia en años, honestamente, ha pasado tanto tiempo que no pienso mucho en ellos. Es una pena, el niño es como un extraño para mí. Son reservados y no se comunican con nadie en ningún momento”, explicó.
CON INFORMACIÓN DE EXCELSIOR