En un solo caso asoman las dos opciones que hoy se ventilan al señalar la inoperancia del Poder Judicial. EL juez JUAN FERNANDO ALVARADO está siendo destituido por la Judicatura Federal, acusado de proteger con sus laudos a PANCHO CABEZA, exgobernador prófugo de Tamaulipas.
Habría diversidad de enfoques. (1) Alguien puede argumentar que el caso confirma la necesidad imperiosa de reformar las leyes para elegir por votación abierta a los encargados de la justicia, pues no solo amparan a mafiosos, sino también a delincuentes de cuello blanco, como insiste el propio AMLO en sus conferencias matutinas..
Pero el mismo caso podría argumentarse a la inversa, al considerarlo (2) una prueba de que (habiendo voluntad) la Judicatura funciona como herramienta de control interno, capaz de detectar y sancionar desviaciones como la señalada en ALVARADO.
Pecados no muy distintos a los que observaría el legendario juez FAUSTINO GUTIÉRREZ, a quien la Judicatura cambió de adscripción de Reynosa a Matamoros en agosto del 2023, por ese cariño excesivo que parece tener a la pandilla cabezona.
Queda entonces la duda. El hecho de que puedan ser votados entre una lista larguísima de aspirantes, por gente que ni los conoce, ni tiempo tiene de identificarlos, ¿haría mejores a jueces y magistrados?
Y más todavía, ¿la falla descansa en el proceso de selección o en los mecanismos de control?… Igual podrían ser las judicaturas las que están fallando, por su pachorruda ausencia de reflejos y el hecho comprobado de que solamente reaccionen cuando alguien de arriba les truena el látigo.
Se les dificulta castigar entre otras razones por ser las mismas personas que presiden tribunales y Suprema Corte quienes encabezan las respectivas judicaturas. No tienen prisa, pues, en autorregularse. Y habiendo estímulos non sanctos, pues mucho menos.
LIMPIA PENDIENTE
En paralelo, el auditor superior del Estado FRANCISCO NORIEGA OROZCO reporta la reapertura para revisión de entre 25 y 30 cuentas públicas del 2021 que atañen lo mismo a la administración estatal que a organismos descentralizados, la Universidad Autónoma de Tamaulipas, el Poder Legislativo y un puñado de ayuntamientos..
Cuentas que con espíritu deportivo, el anterior titular JORGE ESPINO ASCANIO dejó pasar felizmente, en automático, acatando instrucciones superiores. Es decir, sin rigor alguno.
Mediante una revisión exhaustiva estarían por dictaminar el estatus de un total de 159 cuentas bajo la sospecha de haber incurrido en faltas a la ley de disciplina financiera.
El lector que haya dado seguimiento a estos temas sabrá que ha sido una larga batalla la que ha venido librando la administración americanista para limpiar y poner orden al caos deliberado que dejó por herencia el gobierno cabezón.
No solo con huellas visibles de despilfarro y corrupción, sino también ante el sistema de candados que implantaron antes de irse, buscando impedir a toda costa el ser investigados (menos aún) castigados.
El gobierno de AMÉRICO VILLARREAL cumple dos años el próximo primero de octubre. Es todavía una administración joven con una clara voluntad de hacer justicia, que enfrenta dificultades burocráticas sembradas por el equipo panista para trabar las averiguaciones.
Deshacerse de ESPINO fue toda una batalla legal que se alargó por muchos meses, mire usted. Todo el segundo semestre de 2023, hasta enero y febrero del 2024. La palabra “no” parecía connatural a su desempeño.
Ni admitía que el congreso tuviese facultades para llamarlo a cuentas, ni tampoco aceptaba su falta de fundamento legal para quedarse más tiempo.
Por eso le resultó por demás difícil dejar la silla a NORIEGA OROZCO, el titular que ahora tiene enfrente la delicada tarea de meter orden y claridad en dicha dependencia.
Cabe exigir que con la renovación del congreso local, la entrante LXVI Legislatura asuma el compromiso firme de despachar todas las asignaturas pendientes que dejó la débil gestión de ÚRSULA SALAZAR.
En algunos casos por falta de mayoría, aunque también por traiciones de diputadas que cambiaron varias veces de bando, vendiendo su cariño al mejor postor. Eso y la inocultable falta de oficio en la operadora principal.
NACIÓN VIOLENTA
Y bueno, siendo la mentalidad republicana tan próxima a los intereses de la industria bélica, jamás debiera extrañarnos el que los simpatizantes de DONALD TRUMP prefieran imaginar conspiraciones de terroristas iraníes o planes macabros del Partido Demócrata, antes que aceptar la realidad.
Esto es, que el reciente atentado fue producto de la misma locura americana por las armas que históricamente les conocemos. Esa adicción por los instrumentos de guerra que hoy atiborran los hogares de clase media, armarios, sótanos, áticos y desvanes.
En ese sentido, resulta lógico que el fusil empleado por el joven francotirador THOMAS MATTHEW CROOKS haya sido adquirido legalmente por su señor padre, de nombre MATTHEW CROOKS.
Y mire usted, no es cualquier pistolita, de esas que la gente compra para su legítima defensa. El angelito disparó con un fusil AR-15 de calibre 5.56 x 45 mm, al que se suelen añadir las siglas NATO, por ser la munición estándar que emplean las fuerzas armadas de la OTAN.
Pero no es esto lo que les llama la atención cuando ocurren episodios sangrientos como el referido en Pensilvania. A toda costa buscan culpables de paja, conspiradores extranjeros o adversarios políticos. Todo menos aceptar que la Unión Americana come y duerme sobre un polvorín.
POR CARLOS LÓPEZ ARRIAGA
BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com
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