LO CLARO. Fuerza, poderío, dominio, carácter guerrero, agresividad y valentía.
Son los atributos que desde los antiguos mexicas encontraron en el águila real como elemento al que identificaba a nuestra raza guerrera.
La majestuosidad del ave es el imponente sello que imprime al escudo nacional y que da lustre a la patria aún antes de la llegada del colonizador hispano.
Sin embargo, flaco favor le hace a la fauna mexicana al dejar de lado a otro elemento que, en mayor medida, es quizá una figura de alta predominancia y de mayor identificación con la afanosa y valiente población mexicana.
El jaguar –ocelote- tiene mayores encuentros y empatías con nuestras culturas desde que habitamos esta parte del planeta.
El ‘ocelótl’ (balaam, para la cultura maya) es símbolo de poder y fuerza para nuestras primeras raíces en este continente.
Es el más grande felino en su tamaño en América y el tercero del mundo, apenas detrás del león y el tigre.
Su poderosa presencia impone, al igual que su instinto cazador en solitario.
Como todas las especies, también se encuentra enlistada en los animales en peligro de extinción y la academia en su meritoria encomienda de investigación lleva a cabo los pormenores para garantizar la permanencia de la casta.
Así, la Universidad Autónoma de Tamaulipas acorde a la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 realiza los estudios necesarios para vigilar el hábitat del felino mexicano, donde en suelos tamaulipecos hace mayor presencia en la Biósfera del Cielo.
Un organismo civil (Hang Out) estima apenas la existencia silvestre de 1700 animales; el estudio en ciernes que realiza la academia los censa en un aproximado a 1.4 a 100 por cada cien kilómetros cuadrados.
Como toda la cadena de la vida, el ocelote cumple una función primaria en el delicado equilibrio de la existencia terrestre.
LO OSCURO. Los mejores elementos de que disponemos como sociedad organizada para dar respuesta a la problemática cotidiana, se distribuyen –nunca equitativamente- entre la lógica y el sentido común.
El ‘sentido común’ va un poco más orientado a lo que podríamos emular al “cien mexicanos dijeron”; deliberado como la capacidad para valorar las situaciones diarias de la vida y tomar las mejores decisiones en base al cúmulo de experiencias.
El razonamiento lógico, con mayores pruebas y elementos para su toma de decisión, basa su análisis en procesos mentales conscientes y de acuerdo a reglas.
Trasladémoslo a la aplicabilidad.
El gobierno mexicano de López Obrador, quizá tenga mayores tendencias en uno de los factores analizados aquí mismo.
Donde el sentido común tergiversaría el porcentaje de ser escrutado; pues los favorecidos por la toma de decisiones de la cúpula en el mando, no son el cien por ciento.
Pero la lógica permanece y tiene el mayor de los sentidos. ¿Cómo evolucionar como sociedad que se encuentra clasificada dentro de los países en desarrollo? ¿Cómo evitar la migración, la marginación, el desempleo, la pobreza, la inseguridad?
¡Atendiendo las causas! No es sancionando al que hace las balas o al que vende los chalecos blindados como se erradicará la necesidad de sanar, alimentar y dar educación a una población altamente desnutrida y abandonada en términos de oportunidades.
No es la razón de esta entrega el vindicar gobiernos.
La contraparte se encuentra en juego en estos momentos en el vecino país.
El republicano Donald Trump, desatendiendo la lógica y el sentido común arrecia una campaña “SIN SENTIDOS” donde apuesta al odio como bandera electoral.
A pesar de los malquerientes que exhiben similitudes entre AMLO y Trump derivado de la alta polarización política, el segundo atiende un mercado que incita más allá de la violencia doméstica como modelo de gobierno.
Hoy, uno de sus principales aportadores económicos a la campaña re eleccionaria (Elon Musk) se encuentra tan confundido, derivado de la amenaza furtiva emitida durante la aceptación de Trump por la contienda republicana.
Dijo el candidato “Si no se regresan a Estados Unidos las armadoras de autos, les impondré aranceles del 200 por ciento”.
Deja en dubitativo ‘impase’ la cuantiosa inversión destinada a proveer un gran número de empleos en territorio neolonés, suelo mexicano.
¿Por qué sería ‘sin sentido’ la bandera electoral del republicano Trump?
Sus mismos correligionarios se manifiestan sorprendidos por lo que llaman ‘heat’ u odio racial; donde acusa a los migrantes de ser portadores de todos los males que azotan a los americanos.
Enfermedades, vicios, inseguridad asevera el empresario son culpa de los paisanos.
Y amenaza entonces, con sancionar incluso con subirles esa tasa impositiva a los autos que compren los norteamericanos. Sin explicar en ese ‘sentido común’ que quienes pagan el arancel, no son los fabricantes, sino los consumidores finales. Sus votantes.
COLOFÓN: En el mismo territorio americano cundió el sentido común y la lógica dentro de las filas del partido conservador. Tomaron la decisión más acertada al ofrecer la candidatura a Kamala Harris.
Aunque no existen garantías escritas que el mundo sea regido por estos dos sentidos… la certeza es que el iracundo Trump, no pertenece a ninguna de ambas.
POR ALEJANDRO DE ANDA
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