La pausa de actividades políticas que siguió a las elecciones locales y federales, ha servido para la reflexión acerca de la dinámica que deberá tener la próxima Legislatura de Tamaulipas.
Con un saldo deficitario para la Cuatroté, a pesar de la mayoría alcanzada en los comicios de hace tres años, la nueva bancada del partido oficialista tendrá la responsabilidad de sacar adelante varias de las más importantes iniciativas de ley y reformas que se requieren para darle la viabilidad en el largo plazo al proyecto de transformación.
Los diputados y diputadas salientes, pese a la mayoría morenista, han quedado a deber en cuanto a las expectativas que se tenían de ellos, pues no pudieron romper los candados legales que dejó el cabecismo para mantener el control en la Fiscalía Anticorrupción, en la Fiscalía General y por supuesto, en el Poder Judicial.
Incuestionablemente no han podido revertir la situación que se generó cuando el cabecismo mantuvo el control del Congreso e impuso candados legales, con tal de continuar ejerciendo cierto poder en el rumbo de instituciones y del gobierno.
Sin embargo, lo que no previeron con claridad Francisco, su hermano Ismael, sus operadores Gerardo Peña, Luis René “Cachorro” Cantú y hasta César “Truco” Verástegui era que sucediera lo que a final de cuentas vino pasando: La derrota del PAN ante Morena y con la pérdida del Congreso en esa misma elección.
Y aunque en los últimos coletazos el cabecismo residual logró cooptar directamente a algunas diputadas para buscar quitarle la mayoría a Morena, a final de cuentas el bando afín a la cofradía cabecista ha ido perdiendo las batallas.
Sin embargo, aunque con el control de los órganos de gobierno en el Congreso, ninguno de los dos coordinadores de la fracción morenista y por ende, presidentes en su momento de la Junta de Coordinación Política, pudo lograr la recuperación de la percepción de fuerza a pesar de la mayoría.
La falta de resultados totalmente favorables en el Congreso ha retrasado la celeridad con la que el gobierno de Américo Villarreal quiere lograr la transformación iniciada.
Ni Armando Zertuche ni Úrsula Salazar pudieron responder a las expectativas que había en su capacidad y en los hechos demostraron sus alcances.
Ahora, con la enorme posibilidad de que el diputado Humberto Prieto pueda ser el próximo coordinador de la bancada morenista y también el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, el rumbo cambie.
La principal razón es la experiencia política y legislativa de Prieto, a quien varios conocedores consideran como el más viable para encabezar el esfuerzo de Morena para tratar de cambiar las cosas y hacer que, ahora sí, el Congreso se convierta en un aliado del cambio que se quiere lograr en el largo plazo en Tamaulipas.
Porque hasta ahora, los morenistas se quedaron en deuda con quien les dio su confianza para estar ahí y algo tiene que pasar para cambiar la dinámica que ha prevalecido hasta ahora.
POR TOMÁS BRIONES
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