MÉXICO.- Luego de recibir la constancia que la acredita como ganadora de las elecciones del 2 de junio y presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo ofreció libertad, igualdad y respeto a la división de Poderes.
Sheinbaum se convirtió en presidenta electa a las 12:30 horas, cuando la magistrada Mónica Soto le entregó el pergamino con la constancia de presidenta electa, y de inmediato pronunció un discurso en el que destacó, por un lado, la importancia histórica de la primera ocasión en que México tendrá una mujer presidenta, y por otro, el significado de la continuación del proyecto político al que pertenece.
“No llego sola, llegamos todas. Llego nutrida y llena de la fuerza que proviene de nuestras ancestras, nuestras abuelas, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas. Me comprometo a luchar para seguir construyendo igualdad y libertad. Y cuidar, como lo hacemos las mujeres, responsablemente, el porvenir de nuestra patria”, dijo.
Sheinbaum afirmó que es claro el mandato de los más de 35 millones de votos que obtuvo en los comicios del 2 de junio: seguir con la “cuarta transformación” que inició hace seis años el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Según dijo, la mayoría de los votantes optó por continuar con gobiernos honestos, un régimen democrático en el que se respeten los derechos de las personas y se procure el bienestar de todas y todos.
En su primer discurso como presidenta electa de México, Sheinbaum definió su mandato como la continuidad de un México de bienestar en el que se conviven como derechos, y no como privilegios, la educación, el acceso a la salud, la alimentación saludable, la vivienda digna, el salario justo y la pensión suficiente.
“El pueblo decidió que continúe la economía moral y no regrese el sistema neoliberal”, resumió.
Los mensajes políticos en la entrega de constancia de Sheinbaum
La presidenta electa aprovechó esta intervención para defender la estrategia de López Obrador en materia de seguridad. Aseguró que su compromiso es continuar con el combate a las causas de la violencia y abatiendo la impunidad.
“Lo haremos con estrategia, no regresará la guerra contra el narco, seguiremos construyendo paz con justicia”, enfatizó.
Aseguró que el mandato es, también, un México fraterno, sin discriminación ni clasismo, y un México democrático.
Al hablar de democracia, citó a Morelos (“la soberanía reside esencial y originalmente en el pueblo”) y a Benito Juárez (“la democracia es el destino de la humanidad; la libertad, su brazo indestructible”).
Y aprovechó para enviar un mensaje a las consejeras y consejeros del Instituto Nacional Electoral, quienes próximamente deberán asignar las diputaciones de Representación Proporcional, y a las magistradas y magistrados -ahí presentes-, que tendrán la última palabra en el polémico tema de la sobrerrepresentación legislativa.
“El 2 de junio el pueblo de México también plasmó su voluntad para la composición del Congreso de la Unión y es clara la norma electoral en la asignación de los legisladores de Mayoría y de Representación Proporcional. Estoy convencida que las y los titulares del Poder Judicial en materia electoral conocen a profundidad este tema, porque así han actuado en pasadas elecciones, y sabrán respetar también la Constitución, las leyes y la voluntad del pueblo”, sostuvo.
Emulando a López Obrador, Sheinbaum dijo que, además de la división de Poderes, es importante la división entre el poder político y el poder económico.
Y, sin aludir directamente a la reforma judicial que actualmente procesan Morena y aliados en el Congreso de la Unión, dijo que la justicia es, también, un verdadero sistema que sea igual para todas y para todos.
“Como titular del Ejecutivo, como primera presidenta, actuaré con honestidad, responsabilidad y respetando la independencia de los Poderes. Gobernaré para todas y para todos. Nadie debe temer a nada; al contrario, el futuro es promisorio.
“Estaremos a la altura de las circunstancias. Hago el compromiso de no defraudar y poner todo mi empeño, todo mi conocimiento, todo mi corazón, mi esfuerzo, mi voluntad y hasta la vida misma, para servir a mi patria y al pueblo. ¡Que viva México!”, exclamó.
Quiénes acompañaron a la presidenta electa
La sesión solemne de la Sala Superior del TEPJF congregó a las cabezas de los tres Poderes de la Unión, entre ellas la ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien tiene públicas diferencias con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su partido.
Además de Piña, estuvieron presentes en la ceremonia el resto de integrantes de la SCJN: Lenia Batres, Yasmín Esquivel, Margarita Ríos Farjat, Loretta Ortiz, Luis María Aguilar, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Juan Luis González Alcántara, Alberto Pérez Dayán y Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Las ministras y ministros ocuparon un lugar en el salón de la Sala Superior, a lado de la presidenta del Instituto Nacional Electoral, Guadalupe Taddei; la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, y una docena de próximos integrantes del gabinete de Claudia Sheinbaum: Rosa Icela Rodríguez, Raquel Buenrostro, Alicia Bárcenas, Marcelo Ebrard, Mario Delgado, Juan Ramón de la Fuente, entre otros.
También acudieron al acto los excompetidores de Sheinbaum en el proceso interno de Morena, y futuros legisladores, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Manuel Velasco y Gerardo Fernández Noroña.
Este último destacó la diferencia entre esta ceremonia y la de hace 18 años, cuando el panista Felipe Calderón recibió su acta de presidente electo, en el mismo lugar, en medio de un operativo de la Policía Federal ante el acecho de miles de simpatizantes de López Obrador, que se manifestaban denunciando “fraude electoral”.
“Qué diferencia con 2006”, dijo Fernández Noroña, quien encabezaba aquellas protestas y ahora será senador de la República.
A las afueras del Tribunal, algunos integrantes de la “marea rosa” y FRENAA se manifestaban en contra de Claudia Sheinbaum y Morena, alegando “fraude y dictadura”, pero su presencia era apenas percibida dentro del recinto.
Gritaron consignas cuando Sheinbaum llegó al Tribunal acompañada de su esposo, Jesús María Tarriba, pero no pudieron pasar las vallas metálicas con los que el recinto fue resguardado desde primera hora del día.
“México ha roto el techo de cristal”
Mónica Soto, presidenta de la Sala Superior del Tribunal Electoral, destacó que Claudia Sheinbaum será la primera mujer en asumir la máxima magistratura del país, después de 200 años de y 65 hombres en el cargo de la Presidencia de la República.
“México ha roto el techo de cristal”, expresó la magistrada, en una ceremonia plagada de simbolismos para la paridad sustantiva: estaban presentes la presidenta del Tribunal Electoral, la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la consejera presidenta del INE, la secretaria de Gobernación en funciones, las presidentas de la Cámara de Diputados y el Senado de la República, la próxima jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, y decenas de mujeres que próximamente asumirán cargos en el gobierno federal y el Congreso de la Unión.
Como invitadas especiales, estaban también la escritora Elena Poniatowska, la artista y activista Jesusa Rodríguez, la senadora Citlalli Hernández y la diputada electa Ifigenia Martínez, quien será la encargada de entregar la banda presidencial a Claudia Sheinbaum en la toma de protesta del próximo 1º de octubre.
La Sala Superior, en la que transcurría la ceremonia, era también una muestra de paridad, con tres magistradas (la presidenta Mónica Soto, Janine Otálora y Claudia Valle, y tres magistrados: Felipe de la Mata, Felipe Fuentes y Reyes Rodríguez).
Incluso la escolta que portó la bandera para la ceremonia protocolaria, estaba conformada sólo por mujeres.
La magistrada presidenta aprovechó su intervención para defender el trabajo del Tribunal Electoral en los comicios y destacar la importancia del sistema judicial en el funcionamiento de la democracia.
Sin mencionar a la Corte o a algún otro actor político, la magistrada aseguró que el Tribunal defendió su autonomía e independencia ante el acecho de otros órganos jurisdiccionales.
Y dijo que, si algo garantiza el estado de derecho, la justicia y la igualdad, eso es la separación de los Poderes, la Constitución y sus leyes.
“Este acto encarna los principios fundamentales sobre los que construimos nuestra democracia”, señaló Soto, “desde esta alta tribuna judicial seguiremos trabajando para consolidar a nuestra nación como un país justo, paritario, incluyente”.
Luego de su discurso, Mónica Soto leyó la declaratoria formal de presidenta electa y, a las 12:38 horas, dio un golpe en la mesa con el mallete que usan los jueces para rubricar sus sentencias.