ALTAMIRA, TAM.- La parroquia de Santiago Apóstol de Altamira requiere una rehabilitación total, debido a que han aumentado los desprendimientos de revoque.
Desde hace dos meses, el templo católico más importante de la ciudad comenzó a registrar un deterioro en su torre, así como en la cúpula principal.
A los feligreses se les advierte que extremen precauciones por la caída de revoque, incluso una parte de la iglesia está acordonada para que la gente no ingrese.
“Ahorita está acordonada un área dentro del templo en el que pudiera haber un riesgo, por precaución y se asegurará que no vuelva a pasar un desprendimiento”, indicó el párroco Bernardo Horacio Arredondo Segura.
Autoridades eclesiásticas reconocieron que la iglesia necesita ser restaurada al cien por ciento, porque todo el techo debe limpiarse, se debe quitar el revoque, el cual presenta daños por la humedad que predomina en la zona.
Asimismo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se encargará de supervisar la rehabilitación, mientras que una arquitecta especialista en restauración de edificios históricos, habrá de apoyar a la iglesia en los trabajos a realizar.
Especificó que serán retirados todos los elementos de riesgo para que la comunidad esté segura y después comenzará un proceso de restauración total.
Hasta el momento se desconoce el monto requerido para la restauración de la parroquia que tiene 260 años de haber sido construida.
No se tiene contemplado suspender las celebraciones eucarísticas, aunque con el acordonamiento realizado, se redujo el espacio de las bancas para los asistentes.
En lo que se concreta la rehabilitación, el INAH apoyó con una mezcla provisional para llevar a cabo el revoque.
“Hay que cambiar las técnicas de impermeabilización, también los revoques se deben cambiar, hay revoques que están flojos y que pudieran desprenderse y ahorita las áreas están acordonadas, hemos pedido el apoyo a Protección Civil para que nos ayude asegurar y ver la manera de retirar esos elementos”.
Durante muchos años, se ha dicho que la parroquia de Santiago Apóstol fue edificada a base de leche de burra, aunque solo se trata de una anécdota.
A través de la Dirección Municipal de Protección Civil, se recomendó a la iglesia católica llevar a cabo un dictamen estructural para conocer los daños que presenta.
Historiadores han señalado que la parroquia fue una iglesia rústica, tenía techo de palma , pero al poco tiempo de la fundación de Altamira se construyó la nueva estructura y que su tamaño habla de la prosperidad que tenía la gente en ese momento en comparación a iglesias que se construyeron en otros municipios de Tamaulipas, cuyas dimensiones son menores.
El espacio que se usaba para las celebraciones eucarísticas era una capilla que todavía se encuentra a un costado del actual templo, el cual estaba abandonado.
“Los muros con que cuenta la torre y la cúpula hablan de que había cierta opulencia de la gente, mientras que otros pueblos tienen unas iglesias más pequeñas y la de Altamira es grande para la época en que fue construida”, explicó el investigador de Historia Regional, Enrique Zúñiga Castillo.
Por Óscar Figueroa
Expreso La Razón