“Exigen justicia por el feminicidio de Mireya Berenice, desaparecida en Edomex y localizada sin vida en Michoacán. La joven fue reportada como desaparecida el 25 de mayo, su cuerpo fue localizado el 5 de junio”, nota de julio de 2024 en El Universal.
Lamentables hechos que creemos no tienen vínculo con nuestras vidas. Nos resulta complicado encontrar la relación entre las causas de estos feminicidios y nuestras acciones. Consideramos que son hechos inconexos. Y es así, mientras nuestras acciones no fomenten la discriminación y la violencia.
Sin embargo, si contribuimos a aumentar el rating de programas como “La Casa de los Famosos”, un espacio televisivo donde la protagonista es la violencia simbólica usada para aumentar las ganancias de la producción y, a la vez, para validar y normalizar conductas y narrativas que desvalorizar la identidad de las personas por su género, orientación sexual, apariencia física o nivel socioeconómico; entonces, si encontramos la conexión entre la violencia y nuestras acciones.
Aun cuando este tipo de programas se presentan como entretenimiento y diversión inofensivos, no lo son. Transmitir a una audiencia masiva estos programas, no solo normaliza la violencia simbólica, sino la perpetúa y envía un mensaje erróneo de aceptación de conductas que humillan o menosprecian a quienes son diferentes.
La violencia simbólica, aunque menos evidente que la violencia física, es igual de dañina. Se manifiesta a través de palabras, gestos, actitudes y representaciones que refuerzan estereotipos, discriminación y desigualdades.
“El entretenimiento no tiene que ser misógino, clasista, racista, homofóbico, xenofóbico ni discriminatorio. Ya basta. Nada justifica las narrativas de odio” fue el mensaje difundido por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), ante el alto nivel de las violentas conductas difundidas en el reality.
Consumir este tipo de contenidos nos hace parte del problema, ya que participamos en la construcción de narrativas que cosifican a las mujeres, que desvalorizan a las personas con discapacidad y a quienes no forman parte de la heteronormatividad hegemónica, entre otras.
La American Academy of Pediatrics, ha analizado los efectos de los medios de comunicación en la infancia y la juventud, Por lo que recomienda que las familias tienen se involucren en el ocio audiovisual de los jóvenes para incidir en la selección de programas para ver; acompañar durante la visualización de programas y discutir su contenido; enseñando habilidades críticas de visualización; obligándose a ser buenos modelos de consumo de medios, usando selectivamente los medios y limitando sus propias elecciones; promover actividades alternativas, prestar atención a casos de ciberbullying, con una política de tolerancia cero y de denuncia, entre otras recomendaciones.
Como sociedad debemos de exigir a las empresas que sean responsables socialmente y no produzcan programas como La Casa de los Famosos.
Sin embargo, el cambio comienza con nosotros, con nuestras elecciones y nuestra capacidad para cuestionar lo que nos presentan como entretenimiento, para no convertirnos en parte del problema, para no contribuir a la construcción de contextos violentos que incentivan feminicidios como el de Mayra Berenice.
¿Usted, qué opina?
POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA