Cada día que pasa, cada nuevo episodio de la tragicomedia política nacional, ayudan a confirmar el gran fiasco que fue el frente amplio opositor que encabezaron el PAN, el PRI y el ahora extinto PRD.
Una nueva prueba de ello es la discusión de la reforma judicial, que empezará esta mañana en el Pleno del Senado, y quizás hoy mismo pudiera ser aprobada.
Hasta hace dos semanas, Morena y aliados de la 4T, tenían 83 escaños en la Cámara Alta, es decir, les faltaban tres para alcanzar la mayoría calificada.
Muy pronto consiguieron dos votos: los senadores perredistas que se quedaron huérfanos ante la pérdida de registro de su partido.
Ambos habían hecho furibunda campaña junto al PAN y al PRI, asegurando que la única opción real de oposición era su coalición.
Desde esa trinchera se lanzaron toda clase de acusaciones a Movimiento Ciudadano, al que tacharon de fungir como esquirol para favorecer a Morena.
No deja de ser llamativo que los votos que ahora estén a punto de otorgar las dos terceras partes del Senado para aprobar la reforma judicial no provenga del partido naranja, sino de los más apasionados antimorenistas.
Si lo que trascendió ayer por la noche se concreta, el voto definitivo sería el del senador panista Miguel Ángel Yunes, quien ayer no acudió a la reunión de su bancada en la que pretendían cerrar filas contra la reforma.
Quedará como un guiño para el registro histórico que sea un Yunes, quien finalmente incline la balanza parlamentaria.
Si así ocurre, quedará en evidencia una vez más, la pobreza estratégica de quienes encabezan a la oposición partidista en México.
Mandaron al Senado una fórmula integrada por padre e hijo, ambos con un largo expediente de corrupción y múltiples investigaciones en su contra.
El PAN, presidido por Marko Cortés, estará pagando caro el error de haber sometido sus siglas y su estructura a cacicazgos familiares y regionales -también ocurrió en Tamaulipas, lo que explicaría la debacle del pasado 2 de junio- que responden a intereses muy distintos a los del partido que los ha ayudado a enriquecerse.
Incluso si al final Yunes votara contra la reforma y con ello lograran frenarla, habrán conseguido un triunfo momentáneo.
Con el nivel de esta oposición, Morena tendrán mucho tiempo para volver a la carga,
La despedida de Chucho
Mañana rendirá su tercer y último informe de gobierno el alcalde de Tampico, Chucho Nader.
Solicitó licencia a la Cámara de Diputados para poder cerrar su segunda administración municipal, así es que el mensaje seguramente será una suerte de despedida.
Lo interesante en todo caso, será conocer a dónde apunta su proyecto político a partir del 1 de octubre cuando se reincorpore de manera definitiva a San Lázaro.
¿Apostará, como muchos se lo piden, a encabezar una corriente política que pelee por el control del PAN en Tamaulipas?
La relación que entable con su partido, en buen medida ayudará a descifrar sus planes rumbo a las próximas citas electorales en el 2027 y el 2028.
Por. Miguel Domínguez Flores