La mejor manera de identificar el buen desempeño de la economía es a través del empleo que se genera y la calidad de este. Pero no solo eso, para entender el desarrollo de un país, estado, región o municipio es importante establecer qué porcentaje de la población total trabaja, o qué porcentaje de los trabajadores en edad de laborar lo hace.
En relación con el total de la población en México, las estadísticas señalan que, en los últimos años, entre 45 y 46.5 por ciento de la población total realiza un trabajo remunerado, independientemente que este sea formal o informal; lo relevante de esta estadística es que menos de la mitad de la población obtiene los recursos para mantener a la totalidad de esta, cuando observamos que en países desarrollados esta proporción oscila entre 55 y 65 por ciento.
En el caso de la población en edad de trabajar en México, se encuentra que alrededor de 58 por ciento de la población realiza una actividad remunerada, este indicador se encuentra por debajo de la media de los países de la OCDE, en donde alrededor de 75 por ciento de su población en edad laboral recibe ingresos por desarrollar una actividad productiva.
Uno de los aspectos que resalta en México tiene que ver con la informalidad y con la cantidad de población que está disponible para realizar una actividad laboral pero no lo hace. De los 60 millones de trabajadores en el país, solamente 28 millones tienen un trabajo formal, esto significa que reciben algún nivel de seguridad social, esto es, alguna de las prestaciones establecidas en la ley. Por otro lado, se identifica que hay 32 millones de trabajadores que laboran en la informalidad y que existe una alta probabilidad de que la mayoría de ellos no cuentan con ninguna protección laboral, lo que los hace vulnerables y que prácticamente estarán obligados a trabajar toda su vida, dado que en su mayoría no cuenta con esquema de jubilación.
El otro grupo de la población son aquellos que se encuentran disponibles para realizar alguna actividad remunerada, pero que por diversas razones no se han logrado colocar en el mercado de trabajo, actualmente representan alrededor de 5 millones de personas. Sumando los que se encuentran desempleados se alcanza una cifra de 6.6 millones de personas. En conjunto con la informalidad se identifica una población de 38.6 millones de personas que se consideran vulnerables por estar en el mercado en condiciones precarias o porque han intentado encontrar un empleo y no lo han logrado.
Comparando esta última cifra con el tamaño de la pobreza, se encuentra que solo existe una diferencia de 8 millones de personas, lo que significa que uno de los grandes retos que sigue siendo determinante en la condición de pobreza de la población en México es la falta de oportunidades para incorporarse en el mercado de trabajo en condiciones que le permitan a su población satisfacer sus necesidades básicas.
En este sentido, urge reconciliar la política económica entre el Gobierno y los sectores productivos, con el propósito de planear en la inversión que se oriente en generar no solo rentabilidad para los negocios, sino que impulse mejores condiciones para los trabajadores y, con ello, ir reduciendo la población que padece de condiciones de vulnerabilidad y pobreza. Usted ¿qué piensa?
POR JORGE ALBERTO PÉREZ CRUZ