La reciente agresión que sufriera AMLO en Veracruz buscó provocar la represión contra presuntos integrantes del sindicato de trabajadores del poder judicial, entre los que debió haber un infiltrado bajo consigna, esto último lo prueba el deslinde de los hechos de dicha organización. Para fortuna solo quedó en anécdota a pesar de la gravedad del incidente. En el mismo lugar se registraron enfrentamientos que no pasaron a mayores gracias a la cordura y tolerancia de partidarios del supremo gobierno y mandos policiacos y militares que acompañaban al Jefe del Ejecutivo.
Mientras tanto la reacción y sus cómplices multiplican protestas en diversas partes del país en el objetivo de crear caos e inconformidad buscando respuesta violenta por parte de la autoridad. En los últimos días, por ejemplo, la CDMX ha sido paralizada debido al bloqueo en puntos neurálgicos y esto seguirá cuando menos hasta la fecha en que doña Claudia asuma el cargo más importante de la nación.
Es claro que la minoría rapaz no quiere que AMLO “se vaya limpio”. En este sentido podríamos creer que lo de Veracruz fue un ensayo para algo más serio que de alguna forma sacudiera la gobernabilidad republicana. No es locura suponer que los adversarios de la 4T podrían intentar un atentado equiparable al magnicidio. Es demasiado el odio acumulado por la derecha que todo podemos esperar.
Por supuesto AMLO y Sheinbaum cuentan con el cariño y la protección ciudadana, sin embargo, un ataque sorpresivo siempre será ventajoso. De ahí las precauciones relacionadas con la toma de protesta de la nueva Presidenta. La cámara de diputados está blindada y la vigilancia en los alrededores es extrema. En este caso, por obvias y sobradas razones, nada será exagerado. Se trata de cuidar la integridad física de quien revolucionó la vida política, económica y social durante el sexenio que finaliza y de la brillante, inteligente y honesta mujer que lo sucederá, así como también de la distinguida asistencia al acto que seguramente incluirá a representativos de otros países.
Ya sabéis que los nietos de Porfirio Díaz quedaron reducidos a su mínima expresión, de ahí que, abrumados por el rencor y ansias de venganza estarían dispuestos a intentar una acción desesperada. Usted dirá y está en lo cierto, que ello será imposible, primero por las precauciones oficiales y segundo porque no son tontos para ignorar las consecuencias. En este sentido saben hasta donde llegar, pero ojo que algunos, (Claudio X. González entre ellos), consideran las diferencias con el sistema como asunto personal. Y ni modo que sea invento.
Quedamos en que los que se creyeron dueños de México harán lo posible por manchar la figura de AMLO antes del retiro utilizando violencia en espera de represión masiva, y si es de fatales resultados mejor. Pero que ni lo intenten porque les irá “pior”…pelaos estos.
SUCEDE QUE
Por decisión de los tamaulipecos el legado humanista, moral y nacionalista de AMLO también será protegido en nuestro estado. Así lo manifestó el gobernador Américo Villarreal Anaya durante la visita realizada por el ejecutivo federal este lunes a Matamoros con el propósito de rendir homenaje al revolucionario Catarino Erasmo Garza Rodríguez. Testificaron el acto, entre otras personalidades: Beatriz Gutiérrez Müller, Claudia Sheinbaum, Alejandro Gertz Manero y Luisa María Alcalde… Por otra parte, se ve “muy cool”, (nota.- pensé llamarlo de otra forma), Ismael García Cabeza de Vaca hablando de persecución política, transparencia, justicia y autoritarismo, olvidando lo que para Tamaulipas significó el régimen dirigido por su hermano. Lo que debe hacer el presunto diputado es enfrentar su situación judicial que dicen, es delicada. Que muestre inocencia y obtendrá con ello el respeto ciudadano que busca. Hasta ha de creer. A propo,
algo habrá de suceder en el congreso local p’a que algunos cabecistas busquen “onde” esconderse.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA