CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En una colina desolada y olvidada, en el cruce del 40 Matamoros, se erige la temible Casona del Horror, un santuario de leyendas tenebrosas y espantos que ha mantenido a Ciudad Victoria en vilo durante décadas.
La vieja residencia, visible desde kilómetros a la redonda, observa la ciudad desde las sombras, como si aún esperara a sus antiguos moradores o, peor aún, a aquellos que en sus pasillos realizaron rituales prohibidos.
Los fantasmas de los dueños: leyendas de narcotraficantes y pactos con el diablo
La propiedad, que alguna vez tuvo lujosas estancias, una imponente chimenea y caballerías, ahora es un cascarón sin alma que guarda un pasado escalofriante. Aunque muchos especulan que el narcotraficante Rafael Caro Quintero visitó el lugar, pocos saben que la mansión perteneció a la familia Saldívar Sepúlveda, quienes desaparecieron misteriosamente después de que el padre, don Miguel Saldívar, hiciera un oscuro pacto que nunca cumplió.
Los rumores aseguran que este incumplimiento provocó la desgracia de la familia, cuyo destino sigue siendo un misterio.
Ritos satánicos y las
voces de ultratumba
Al caer la noche, vecinos aterrorizados aseguran escuchar voces y rezos extraños. “Se oyen gritos de sufrimiento, como si las paredes mismas lloraran”, comenta doña Juanita González, una vecina que vive a escasos metros. Los restos de velas derretidas, dibujos de círculos y figuras que parecen pertenecer a rituales siniestros han sido hallados en el lugar. “Es como si el lugar estuviera maldito, atrapado en una oscuridad que nunca se va”, agrega doña Juanita, visiblemente nerviosa.
Luces inexplicables:
¿OVNIs o algo peor?
Durante las madrugadas, los vecinos del fraccionamiento Imperial aseguran haber presenciado luces de colores descendiendo en la oscuridad, moviéndose rápidamente alrededor de la casona. “Es como si algo no humano estuviera allí, algo que viene del cielo y no tiene explicación”, dicen los testigos, aterrados. Algunos han comenzado a llamar a estas apariciones “las luces del mal”, ya que cada vez que aparecen, la atmósfera en el vecindario se llena de una energía inquietante y densa que eriza la piel.
Las brujas de Jaumave: guardianas del secreto oscuro
Don Manuel Carrizales, un hombre curtido por los años, afirma que en noches de luna llena, la casona se convierte en el escenario de un fenómeno aún más aterrador: la llegada de brujas que toman la forma de enormes aves que se posan en la chimenea. “Las veo transformarse al amanecer, vuelven a ser mujeres con miradas profundas y oscuras. Me dicen que vienen a cumplir un pacto antiguo, a hacer limpias y magia negra”, narra don Manuel, quien, a pesar de su experiencia, asegura que el lugar lo hiela hasta los huesos.
Un testigo oscuro de lo sobrenatural
Con sus paredes devoradas por la humedad y ventanas vacías que parecen vigilar en silencio, la casona permanece como una mancha en el horizonte de Ciudad Victoria, negándose a ser olvidada. Las pocas personas que se han atrevido a ingresar aseguran haber sentido un frío inexplicable, visto sombras fugaces y oído susurros siniestros en pasillos vacíos.
La Casona del Horror continúa ahí, una advertencia silenciosa para aquellos que se atreven a desafiar sus historias. ¿Y tú, te atreverías a entrar y descubrir qué secretos oscuros guarda en sus entrañas?
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZON